En plena pandemia por Covid -19, bajas ventas y ante la posible cancelación de las posadas, eso no le impide a María Cristina Soberanis a seguir trabajando a marchas forzadas en la elaboración de piñatas, donde realiza diversas figuras acorde a la temporada decembrina y con la combinación de colores busca que sea atractivo para las miradas de los clientes.
Desde hace 15 años, María Cristina en su negocio Piñatas Fantasy, ubicada en la colonia Progreso y en la avenida Michoacán, se ha dedicado a mantener esta tradición artesanal mexicana, donde utiliza la olla de barro, papel crepe de diferentes colores para su decoración, el papel mina gris para realizar la decoración, periódico, papel metálico, lustre y el engrudo.
En el patio de su casa y en una habitación grande, María tiene 500 piñatas listas para vender y en espera de que sean compradas por sus clientes.
Pero a pesar de la incertidumbre que existe porque también esta festividad pueda ser cancelada para evitar contagios de Covid-19, María tiene fe de por lo menos las pequeñas familias o hoteles las compren para decorar.
Durante la entrevista, María decora una piñata de muñeco de nieve, busca combinar los colores y platica que quince días antes de iniciar el mes de diciembre, las maestras o directoras de escuelas ya le estaban haciendo pedidos de comprar de 10 piñatas hasta 60 piñatas de diferentes tamaños.
Sin embargo, eso terminó y ni las empresas o hoteles le han llamado para apartar sus piñatas.
Recordó que en Marzo, desde que inició la pandemia por Covid -19 tuvo que cerrar su negocio y así permaneció por cuatro meses.
“Cerramos cuatro meses y estuvimos sin vender fue una cosa fea, pero yo puse un letrero en el portón de mi casa y en la cortina de mi negocio que decía hay piñatas toque, porque uno tiene necesidad de vender, aunque sea poco mis clientas me llaman por teléfono y les vendía pero con mucha seguridad desinfectada el dinero y les alcanzaba la piñata con un palo”, relató.
Durante el Día del Niño también vendió piñatas pero pocas, lo que le ayudo para comprar más material, “vendimos unas poquitas pero también a puerta cerradas”.
Doña María Cristina junto con la ayuda de su hija Gladis siguen elaborando piñatas a pesar de que la ventas no son buenas o está el riesgo de que se cancele las festividades de las posadas.
“Seguimos trabajando, porque es la esperanza del pobre de hacer su trabajo porque si nos quedamos sentados esperando si habrá posada o no, pues por lo menos sino hay posada de empresas, pues para las posadas familiares, por esto tengo muchas piñatas chicas y medianas”, señaló.
Dijo que está consciente de que las ventas no serán como años anteriores, aunque también el problema de la inseguridad y ahora con la pandemia disminuirá más. “Pero tenemos que trabajar, porque los dos (ella y su esposo) no somos pensionados y tenemos que comer y vivimos de la elaboración de las piñatas”.
Comentó que las ventas inician a partir del 16 diciembre porque según empiezan las posadas, pero preocupada dice “si no hay posadas no se que va a pasar, estaremos en crisis y más para nosotros que vivimos de aquí”.
Doña María se hace 10 piñatas al día y mientras su hija Gladys, quien se desestresa con la elaboración de esta artesanía mexicana, se llega hacer hasta 15 al día y tamaño grande, de preferencia la figura de la estrella.
La estrella de cinco y cuatro picos en sus diferente tamaños, el muñeco de nieve, el burrito y venadito de diferentes colores, la esfera, el pino, Santa claus, el perrito entre otras figuras están colgadas listas para vender durante el mes de Diciembre.
El costo de las piñatas va desde los 60 pesos hasta 700 pesos.