La necesidad de miles de acapulqueños para obtener alimentos gratuitos durante la pandemia del Covid-19 y el ingenio del costeño, lleva a muchas personas a madrugar para acudir a los comedores comunitarios instalados en distintos puntos de la ciudad para apartar sus lugares y garantizar un plato de comida para sus familias.
Apenas sale el sol entre las montañas del municipio costero, cuando decenas de personas comienzan a llegar al comedor comunitario instalado por el Ayuntamiento en el tradicional Malecón donde les reparten alimentos sin costo alguno, se trata de hombres y mujeres que se quedaron sin empleo con el cierre de las playas, hoteles y otras empresas, así como indigentes.
La espera los ha obligado a estar parados por hasta más de una hora antes de que se abra la cocina y se empiece a repartir, por lo que decidieron implementar una medida que les permita apartar su espacio y garantizar un plato de comida, ya que dejan haciendo fila algunas de sus pertenencias haciendo una hilera sobre el piso.
Es el caso del señor Luis, quien asegura que diariamente obtiene sus alimentos y para su esposa en este lugar, por lo que desde muy temprano llega para dejar una bolsa de plástico en el lugar que le toca y se retira a su domicilio que está cerca del comedor para regresar una vez que el alimento empieza a repartirse o bien, se queda sentado bajo la sombra de un árbol para evitar los rayos del sol.
Cabe mencionar que la instalación de los comedores comunitarios ha obliga a miles de personas a salir de la seguridad de sus casas para exponerse al Covid-19 en las calles o en las largas filas que se hacen para recibir un plato de alimento, ya que la necesidad de mitigar el hambre es mayor que el miedo al nuevo coronavirus.