En el marco del Día Mundial del Refugiado a celebrarse el próximo 20 de junio, el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, externó su solidaridad con todas las familias que han salido de sus comunidades para salvaguardar su integridad ante la creciente violencia.
Mediante un comunicado, el prelado católico comparó los momentos de dolor que viven los refugiados con el de aquellas personas que son orilladas a salir de sus casas por amenazas de criminales o por temor a que la violencia llegue hasta sus hogares y atente contra sus seres queridos.
“No podemos ser indiferentes con nuestros hermanos que, obligados por la violencia o la necesidad, salen de entre nosotros o llegan a la periferia de nuestras ciudades. Dios nuestro Buen Padre nos ilumine y disponga a acoger, proteger, promover e integrar a estos hermanos nuestros”, señaló.
González González agregó que en el país son miles de personas quienes se ven en esta necesidad y aunque ellas no cruzan fronteras para huir de la violencia, también deben tener importante consideración de la sociedad.
Consideró que la situación en Guerrero por el desplazamiento de familias de comunidades como las de la Tierra Caliente es dramática, por lo que hizo un llamado para tender la mano a toda aquella persona que llegue a nuestras casas pidiendo refugio, al asegurar que “cada forastero que llama a nuestra puerta es una ocasión de encuentro con Jesucristo”.