El arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González encabezó el Viacrucis solemne en la catedral de Nuestra señora de la Soledad en el zócalo de la ciudad, en donde señaló que la Virgen María recoge las lágrimas que todas las madres claman por sus hijos asesinados o desaparecidos.
Las actividades dieron inicio con el recorrido que realizan junto con las imágenes de Jesucristo y la Virgen de la Soledad por la plaza Álvarez, en donde los feligreses caminaron por entre los pasillos reducidos por el comercio informal, para después escenificar la cuarta estación, donde María y Jesús se encuentran, una de las escenas más conmovedoras que provocó lágrimas en algunos de los asistentes.
Ahí el prelado católico hizo mención en que las lágrimas de dolor son llevadas como ofrenda a Dios por la madre de Jesucristo.
“Las lágrimas que las madres derraman al mirar a sus hijos deslumbrados por lo que compra el dinero del sicario, dinero del fruto de la sangre derramada y de amargo llanto de las familias de los ejecutados, lágrimas de madres que sufren el hecho de que parte del fruto del trabajo de la familia les es arrebatada por quienes cobran el piso o venden protección”, señaló.
González González señaló que es impresionante la fuerza invencible del amor materno, pues la Virgen María superó todo obstáculo para estar con su hijo, compartir su dolor e impartirle fuerza momentos antes de ser crucificado, por lo que pidió que la Virgen les otorgue su manera de mirar.
Reivindicó que, en los momentos de dificultad, María la madre que Jesús ha regalado a los creyentes, poder sostener sus pasos y guiarlos por el camino para encontrar a Dios.