Luego de participar en la marcha por la celebración del primer aniversario del triunfo histórico del primero de julio, la presidenta Adela Román Ocampo, manifestó que pese a toda la situación negativa a la que se han enfrentado, en Acapulco ya inicio la transformación en beneficio de los más necesitados.
En entrevista minutos antes de concluir el acto político en la explanada del zócalo, la alcaldesa dijo que la cuarta transformación se está reflejando no solo en el país sino también en Acapulco donde el presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido muy generoso, con inversiones, con la certeza jurídica que le está dando a la gente con sus propiedades, la ejecución de obras, y programas sociales.
Román Ocampo, destacó que en Acapulco se ha avanzado, a pesar de que no ha sido una tarea fácil, debido a la situación complicada debido a que el gobierno se dejó en banca rota, endeudado, una pesada carga de una abultada nomina heredada de administraciones pasadas, con un alto grado de corrupción y una gran falta de sensibilidad ante los problemas de la gente.
“Sabíamos y sabemos que miles de acapulqueños, esperaban y esperan el cambio que merecemos todos, el cambio a un mejor futuro y un presente digno lleno de seguridad, progreso y desarrollo, y hoy les puedo decir que la transformación ya comenzó y ya está en jarcha en Acapulco, porque empezamos a trabajar regularizando negocios que funcionaban sin licencia o no pagaban sus impuestos, regularizando las empresas gaseras que operaban poniendo en riesgo la vida de la ciudadanía”, expresó Román Ocampo.
Dijo que hay muchas irregularidades aun que se deben de ir terminando en el gobierno de Acapulco, como la existencia de aviadores que no trabajaban y si cobraban “pero aún hay muchos escondidos, pero los vamos a ir descubriendo para que se pongan a trabajar o se vayan a volar en los aviones que acaba de vender Andrés Manuel López Obrador”.
Destacó también que, durante su gobierno, se han recuperado importantes espacios como la playa Manzanillo, donde existía un grupo de egoístas que no querían que el pueblo de Acapulco pudiera disfrutar de la tibieza de sus aguas durante más de 40 años, resolvimos la emergencia sanitaria en la que dejó a la ciudad la pasada administración.