Tras coronarse campeones de la liga de futbol, estudiantes de una preparatoria del estado de Puebla decidieron festejar su triunfo en el paradisiaco puerto de Acapulco.
Abordaron un viernes por la tarde el autobús, llegando la madrugada del sábado y se hospedaron en un hotel cerca de La Quebrada.
Uno de los estudiantes de nombre Pedro, de ojos color miel, alto y bien parecido, se alistó y fue muy temprano a correr por Sinfonía del Mar, ahí conoció a unos pescadores quienes le hablaron del Fantasma de La Quebrada, el cual se decía era la novia de un clavadista que al saber que él andaba con otra se aventó a las olas del mar y no volvió a salir.
Pedro no le dio importancia a la leyenda y siguió con su ejercicio, después se fue a nadar a la playa La Angosta donde conoció a una joven de nombre Melissa, quedando deslumbrado de su belleza y la invitó a salir por la noche.
Se quedaron de ver en un bar de la Costera, donde tomaron muchos tragos, se besaron y bailaron hasta el amanecer.
El domingo al despedirse, ella le anotó su número de teléfono y dirección por el rumbo de Flamingos. Pedro le prometió que vendría el próximo fin de semana a lo que ella le dijo: “Te estaré esperando”.
Ya en Puebla, el joven la llamó pero nunca le contestó. Llegó el fin de semana y desesperado por volver a verla abordó el primer autobús directo a Acapulco.
Llegando tomó un taxi y la fue a buscar a su domicilio. Al tocar la puerta salió una anciana quien le preguntó a quién buscaba, él le dijo que a Melissa a quien había conocido el pasado fin de semana. La señora se asombró y le dijo que su nieta había muerto tras aventarse a las olas del mar en La Quebrada por desamor.
Cuenta la leyenda que la muerta se aparece a los jóvenes que corren muy temprano por Sinfonía del Mar buscando al ser amado que la engañó.