El reloj marcaba las 20:47 horas y todos eran ajenos que, al estar en una zona de subducción, en las costas de Guerrero, los sismos son algo cotidiano, pero son micro sismos. Sin embargo, la posibilidad de un terremoto de gran magnitud no podía obviarse, debido a que las placas tectónicas continúan en movimiento y por algún sitio debe salir la energía que se va acumulando.
Nadie imaginaba que aquel 7 de septiembre de 2021, volvería repetirse otro terremoto de 7.1 grados en Acapulco, que generó casos de histeria y psicosis colectiva, pero que hizo recordar a los guerrerenses, que habitamos en un área donde se encuentra un hundimiento de la Placa de Cocos, debajo de la Placa de Norteamérica.
Sorpresivamente, ocurrió el movimiento de tierra, que sacudió de manera trepidatoria la infraestructura urbana, los gritos de pánico y la histeria colectiva, vino acompañada de la estampida de familias que salieron de sus viviendas por miedo a que colapsaran; los que habitaban en edificios, buscaron los sitios más seguros y rezando a todos los santos, pidieron por sus vidas.
Al terminar de liberar la energía la tierra, la gente estaba en las calles y alguien alertó que se prepararan para la réplica, que no tardó en manifestarse con una intensidad de 5.2 grados, suficiente para generar nuevamente miedo entre la población, al tiempo que el suelo se movía, pero ahora de manera ondulatoria, hasta que finalmente volvió la calma.
Los cuerpos de rescate y personal de protección civil, fueron los primeros en movilizarse, reportando que el epicentro, de acuerdo al reporte del Servicio Sismológico Nacional (SSN), fue a 14 kilómetros al Sureste de Acapulco, cuyo primer saldo fue de daños estructurales y la muerte de una mujer.
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El sismo impacto también en estados como: Morelos, Puebla, Ciudad de México, Veracruz, Michoacán, Hidalgo y Jalisco, donde también se sintió con fuerza. A partir de ese momento, se registró un temblor cada 18 minutos desde el ocurrido cerca de las 9 de la noche del martes 7 de septiembre. Actualmente, siguen los movimientos telúricos y solo en lo que va de este 2022, se han registrado 3 mil 759 sacudidas.
El terremoto causó daños a 3 mil viviendas, hubo 63 derrumbes carreteros y más de 500 réplicas en ese primer momento, informó en aquel entonces el ex gobernador Héctor Astudillo Flores, quien dio a conocer a la población que las afectaciones se concentraron en Acapulco, Chilpancingo y José Joaquín de Herrera.
Asimismo, confirmó que hubo daños en hoteles, comercios, escuelas, hospitales, edificios públicos y religiosos y sistemas hidrosanitarios, cuya mayoría siguen a la espera de ser reparados, como es el caso de lo que fuera el cine Flamboyán, que exhibe las fracturas en su estructura y que provocó que fuera deshabitado.
A unas horas de cumplirse un año de este terremoto, se han emitido 324 dictámenes por daños en viviendas, pero no se cumplió la promesa del estudio del subsuelo y tampoco se ha tomado en cuenta que siguen sin servicios más del 60 por ciento de los damnificados.
Los científicos han pronosticado un terremoto de intensidad de 8 grados, por lo que continúan con la vigilancia en esta zona, debido a que un sismo de gran magnitud podría estarse gestando en esa área, en virtud que no se ha liberado energía desde 1911 en la Brecha de Guerrero.