A más de 24 horas de los dosenfrentamientos que dejaron 11 muertos y la detención de 38personas por parte de la Policía Ministerial, en la Comunidad deLa Concepción encallada en los Bienes Comunales de Cacahuatepec,todo es desolación, miedo, angustia por parte de los pobladoresquienes fueron testigos de las balaceras, del agonizar de losmuertos y del dolor de los familiares que lloran las pérdidashumanas.
Este inicio de semana, las ochoescuelas de educación básica decidieron no reiniciar el cicloescolar, cerraron sus puertas y los niños permanecieron encerradosen sus casas junto a sus padres, quienes no salieron a trabajar portemor de ser detenidos, toda vez que elementos del Ejército,Policía Estatal, Ministerial y del Estado continúan vigilando lazona.
Muchas familias optaron por salir dela comunidad e irse a pasar unos días con conocidos o amigos en lazona urbana de Acapulco, mientras la tensión disminuye, porque lasituación se torna tensa y en cualquier momento podrían desatarsemás enfrentamientos entre los grupos que se disputan el control deLa Concepción.
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Los alrededores a la comandancia dela CRAC se mantienen abandonados sólo quedó en el piso la sangrey en las paredes las huellas de las balas que pegaron con fuerza yque en ese lugar terminaron con la vida de tres policíascomunitarios, quienes supuestamente se resistieron al arresto ydispararon contra elementos de la Policía Estatal.
Don Ricardo Sánchez, vivió decerca todo lo ocurrido, desde la madrugada del domingo cuandoempezaron las balaceras, narró que toda la gente que se encontrabaen la feria comenzó a correr y se encerraron en sus casas,“porque las balas salían de todos lados y no sabemos qué grupoarmado estaba disparando, teníamos miedo porque había muchosniños”, señaló.
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El campesino que hace dos añosformaba parte también de la policía comunitaria en esa comunidad,dijo que los policías se llevaron a todos los que vieronsospechosos y los sacaron de sus casas a punta de pistola, muchos,dijo, no tienen nada que ver con los enfrentamientos y se dedicanal campo o la albañilería.
Asimismo, Margarita Pérez, es tíade dos de los fallecidos y dijo sentir el corazón roto por lamuerte de sus familiares, sin embargo, señaló que el ServicioMédico Forense (Semefo), se llevó los cuerpos y no los hanentregado, para velarlos y darles cristiana sepultura en sucomunidad, donde nacieron y también ahí murieron.
Las entradas hacia la comunidadcontinúan vigiladas por El Ejército, las pocas tiendas deabarrotes permanecen cerradas, las tortillerías, los lugares dondevenden leche, este inicio de semana nadie salió a trabajar, todostienen miedo, porque temen que se vuelvan a dar másenfrentamientos entre comunitarios y grupos armados quienes buscancontrolar esa área rural de Acapulco.