Tras el asesinato de un inspector de Transportes, ocurrido en días pasados en la avenida Ruiz Cortines, el personal sale a realizar los operativos de inspección con temor y miedo, nadie quiere hacer declaraciones, pero reconocen que ahora su trabajo se ha convertido de alto riesgo.
A pesar del hermetismo existente, algunos inspectores aceptan dar su punto de vista, pero con la petición de que no se revele sus nombres, pues reconocen que hay temor, pues pueden ser víctimas de un nuevo atentado como el que sufrió su compañero que le costó la vida.
Uno de los entrevistados, dijo que todavía no superan este lamentable suceso, el delegado de transportes, Juan Barrios Hernández, los convocó a una reunión y les pidió que cuando salgan a campo, apliquen los protocolos de seguridad.
Sin embargo, cuando realizan su labor, lo hacen en medio de una total incertidumbre, pues no saben si van a regresar con vida o no, además, ahora las inspecciones de documentación de los vehículos de alquiler, las realizan con otro criterio y ya no discuten con los trabajadores del volante.
Hay intención de pedir al delegado, Barrios Hernández, que los operativos se realicen en coordinación del Grupo de Coordinación para la Pacificación de Acapulco, para poder tener seguridad en el cumplimiento de sus tareas sustantivas.