Al celebrarse la “Misa de Gallo” con la que se conmemora el nacimiento de Jesús de Nazaret, el arzobispo de Acapulco Leopoldo González González, llamó a respetar la vida desde el nacimiento hasta la muerte natural.
Durante su homilía, también llamó a adoptar la acostumbre de no desperdiciar alimento y servirse sólo lo que se va a comer. “Lo que queda en la cazuela, que sea para compartir con esta persona que sabemos pasa necesidades”
“Si en estos días podemos evitar gastar en algo no necesario, compartámoslo con quien sí lo necesita , veamos alrededor y si alguien se encuentra solo, podemos acercarnos a través de la llamada, a través de un saludo o tal vez visitándolos”, precisó.
Dijo que es muy grande la dignidad de cada persona humana y debe ser respetada desde “la concepción hasta la muerte natural; "aquel que nos creó puso en nosotros una exigencia de respeto que con sólo nuestra presencia hacemos sentir y hemos ser respetados y hemos de respetarnos"
Lea también: La Iglesia, pendiente de migrantes en Acapulco
“No somos una cosa o un objeto que pueda ser usado o vendido o alquilado; somos siempre un sujeto, siempre hemos necesitado unos de otros ”.
Leopoldo González González dijo que más allá de las cualidades y defectos, de los fracasos, de los méritos y culpas, de los miedos e ilusiones, “somos hijos amados de Dios”.
El prelado de la iglesia católica, dijo que la imagen del Niño Jesús al ser puesto en Belén, habla de lo frágil que es un niño reciennacido.
“Las imágenes del Niño Jesús que ponemos en nuestros Belenes, nos hablan de la ternura de su amor, pero tal vez no nos hablan tanto de su fragilidad, sin embargo ustedes, queridas mamás, tienen conciencia muy clara de lo frágil y dependiente que es un niño recién nacido , Tómalo bien en brazos, ´no se le vaya caer la mollera´, no sé si en las abuelas ”.
“El Señor nos espera, está envuelto en pañales y recostado en un pesebre… Hoy les ha nacido un Salvador, la noticia es les ha nacido un DSalvador. El Niño nace para nosotros con su mirada, con su sonrisa, con sus brazos tendidos hacía nosotros nos dice: nací para ti y ese niño recién nacido es el Señor, es Dios hecho hombre ”, precisó el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González durante su homilía.