Al cumplirse una semana de impactar el huracán Otis al puerto de Acapulco, el agua potable es la principal demanda de los vecinos de la zona suburbana.
La postal que se ha vuelto cotidiana en esta zona del puerto de Acapulco es de largas filas en los pocos establecimientos en donde surten el vital líquido.
En el Coloso, Colosio, Piedra Roja, La Máquina, Sabana, Llano Largo, Cayaco, Puerto Marqués, Cruces, otro problema que enfrentan es la falta de transporte público y energía eléctrica.
Los pocos taxis colectivos amarillos y camionetas Urvan que cubren sus rutas, elevaron sus costos: los primeros, de 20 pesos elevaron a 40 y 50 pesos el pasaje; y los segundos cobran de 12 a 30 pesos.
Mientras que cuadrillas de trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) día y noche trabajan en colocar los nuevos postes de concreto y reparar el cableado que se dañó durante el paso del meteoro con el propósito de restablecer el servicio de electricidad.
Cabe mencionar que la falta de energía eléctrica ha generado que sitios como la Unidad Habitacional El Coloso se alimenta el rumor de supuestos saqueos a los departamentos que están solos, por desconocidos que se desplazan en motos.
Por otra parte, en la carretera Cayaco-Puerto Marqués siguen algunos tramos obstaculizados por el arrastre de escombro y encharcamientos, asi como la caída de árboles, que también los están retirando de manera paulatina.
La poca ayuda que distribuye el personal del Ejército Mexicano es insuficiente, pues la demanda es mucha y a pesar que lo hacen con orden, hay denuncias de que vivales son los que acaparan las despensas.
Los centros comerciales y tiendas de conveniencia que fueron saqueadas un día después del impacto del huracán Otis, siguen en abandono y algunos cuentan con vigilancia de elementos de la Guardia Nacional, que impiden entren extraños a seguir causando daños.