Historias de amor y placer terminan con el motel La Luna

En la década de los 90, este motel se dio el lujo de no atender a parejas por no contar con habitaciones disponibles

Enrique Hernández / El Sol de Acapulco

  · lunes 14 de octubre de 2024

El motel La Luna se ecuentra actualmente en demolición. / Foto: Abraham Martínez | El Sol de Acapulco

Como todo tiene un principio y un fin, hoy toca terminar con toda una historia de encuentros amorosos y de pasión que se vivieron en los cuartos del entonces famoso motel La Luna.

El motel La Luna ubicado sobre la avenida Calzada Pie de la Cuesta y Granjas Mozimba en la zona poniente de Acapulco, hoy inició su desaparición con la demolición de todos los cuartos donde se vivieron un par de horas o solo algunos minutos de placer sexual.

Fue en el año 2019 según la historia cuando el cinco letras La Luna, cerró sus puertas al placer para iniciar trabajos de remodelación de sus más de 50 cuartos que se rentaban con servicios de aire acondicionado y televisión con películas para adultos, sin embargo al llegar la pandemia del Covid-19, este inmueble cerró sus puertas de manera definitiva.

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En la década de los años 90, en este reconocido motel que también representaba la discreción para quienes hacían uso de los llamados cinco letras, se podía dar el lujo de no dar servicio a algunas parejas que llegaban a bordo de vehículos particulares y del servicio público por falta de habitaciones disponibles.

No importa el lugar cuando hay pasión./ Foto: Martín Gómez | El Sol de Acapulco

Hoy después de más de 50 años de haber funcionado como un nido de placer, el motel La Luna fue cubierto por una gran barricada de madera (triplay) que evitar observar al interior donde se encuentra una maquila realizando las labores de demolición de las paredes que dividían los cuartos que eran rentados para quienes llegaban a ese lugar a pasara un buen rato.

El motel La Luna, tuvo mucho auge entre los enamorados o de quienes pagaban por un servicio sexual y una de las causas era por la discreción que se tenía y la ubicación muy alejada del centro de la ciudad que está el principal motivo de quienes querían echarse una canita al aire.

Hoy con la demolición, se van las historias de horas y minutos que muchos hombres y mujeres tuvieron en este lugar.