Juan, es uno de los pechugueros que diariamente sale en su triciclo a recorrer las calles de la Unidad Habitacional Colosio para ir de casa en casa o de comercio en comercio ofreciendo su servicio para llevarse la basura.
Los desechos, al llenar la caja, los traslada y arroja cerca de la Autopista del Sol en el tramo Metlapil, en las cercanías del poblado de La Poza. En ese punto, se acumulan varias toneladas de desechos sólidos que son siniestrados para continuar al día siguiente con su jornada laboral de entre 8 a diez horas, depende de “cómo esté la chamba”, comenta.
En periodos vacacionales, sus propinas pueden alcanzar hasta los 800 pesos diarios, debido a que la llegada de turistas a la zona, aumenta la cantidad de desechos en establecimientos donde se vende comida e incluso, hacen recorridos en la noche, pese al peligro, para sacar la basura.
El hombre de complexión delgada y moreno, refiere que ya se acostumbró a los malos olores que provoca la basura, mucha de la cual, son restos de comida en descomposición. A pesar de ello, la necesidad de subsistir de manera legal, lo ha orillado a que lleve a cabo esta labor que la hace dignamente porque afirma, no le roba un peso a nadie. “Todo es con el sudor de mi frente”, citó.