Una joven logró evadir a sujetos desconocidos que intentaron raptarla en la avenida principal de la unidad Habitacional Colosio, lo que evitó ser parte de la lista de mujeres desaparecidas en Guerrero, que de enero a la fecha suman 95, de estas cinco han sido localizadas sin vida y solo una vive para contarlo.

Este suceso es parte de la escenografía de una ciudad vulnerable ante la embestida de los criminales, donde se acentúa la miopía y la total ausencia de capacidad institucional para elaborar una estrategia de prevención, atención y la sanción a la violencia contra las mujeres.

En opinión de Enrique Solano López coordinador del Colectivo Feminista Hombres Solidarios con la Igualdad, las instituciones se han convertido en simples espectadores y no dan respuesta a las denuncias de desaparición de personas, a pesar que hay un alerta temprana.

Reprochó que hay evidencias que las instituciones responsables de atender estos casos, simplemente no llevan a cabo la investigación desde el protocolo de perspectiva de género.

Solano López aseguró que la Fiscalía General del Estado no está dando resultados y prueba de ello es que la desaparición de personas se incrementó en un 70 por ciento, sin contar los feminicidios.

El activista lamentó que debido a la pobre capacidad institucional, la violencia se extiende a lo largo y ancho del estado, que permite operar a los criminales con total impunidad y que los casos de jovencitas desaparecidas siga en aumento.

En el caso de la joven que logró evitar ser raptada, no acudió a denunciar los hechos porque en las agencias del Ministerio Público se dedican a acumular cerros de papel y gastar ríos de tinta, solo para justificar que trabajan, por lo que sus familiares optaron por sacarla de la entidad y así evitar otro atentado en un estado, donde se prometió con el nuevo gobierno que sería un santuario para la mujer.