El sacerdote Jesús Mendoza Zaragoza, consideró que, mientras los grupos armados tengan el control político, social y económico de algunos territorios y de su población como en el kilómetro 30, será complicado que llegue la paz y la tranquilidad a estos pueblos de la zona rural de Acapulco.
El ex párroco de esta comunidad hasta hace unos meses y fundador del Pastoral Social de la Arquidiócesis de Acapulco, reveló que estos grupos armados operan además de El Treinta en Xaltianguis y Tierra Colorada, pero lo hacen con consenso político y cobijados por el estado y las propias comunidades.
A pregunta expresa sobre el bloqueo realizado por habitantes del kilómetro 30 el pasado miércoles por la noche, dijo que cuando suceden actos como ese, los miembros de los grupos armados toman las campanas de la iglesia y así avisan a todos.
Detalló que en este caso sonaron las campanas para llamar a la población y así ha ocurrido por años, mientras recordó cuando el ejército llegó a esa comunidad en el año de 2017, pero en esa ocasión negociaron con los elementos castrenses para evitar enfrentamientos.
Insistió que la gente del 30 acude porque apoyan al grupo armado local, porque conocen a sus integrantes y no los afectan, e insistió que estas personas armadas se mantienen operando porque el gobierno lo permite.