Por la devoción para agradecer y pedir favores, miles de creyentes en la religión católica velaron a la Virgen María de Guadalupe con comida, bebida, música y fuegos pirotécnicos, como una tradición que se ha enraizado en la mayoría de los municipios del estado de Guerrero.
La velada a la madre de Jesucristo, hijo de Dios, tiene como finalidad recordar aquel 12 de diciembre del año 1531, cuando la Virgen se le apareció por cuarta ocasión al indio Juan Diego, haciendo florecer rosas en un lugar donde no era común encontrarlas y tras ese “milagro”, se celebra desde entonces con gran devoción.
En las colonias y barrios de Acapulco es común que estas celebraciones lleguen a ser magnas, incluso, se tengan que cerrar calles completas para que las multitudes tengan espacio para la quema de toritos, castillos y compartir el pan y la sal, así como una que otra bebida espirituosa.
La familia Mendoza Bello, de la colonia Centro, tienen la tradición de velar el 11 de diciembre en vísperas del Día de la Virgen desde hace varias generaciones, en donde agradecen por “todas las bendiciones que se reciben en el año, por la salud, dinero y también pedir por los que ya partieron de este mundo”.
Esta festividad abarrota de fieles católicos las principales parroquias y la catedral de Nuestra Señora de la Soledad en Acapulco desde inicios del mes de diciembre, quienes acuden en peregrinación a realizar una ofrenda floral o monetaria a los templos en donde se encuentran las imágenes.