En Caravana, más de una decena de familias regresaron por un momento a su comunidad de origen, Xaltianguis, situada en la zona rural a unos 40 kilómetros del Puerto de Acapulco, donde hace varios meses fueron desplazados por la irrupción del autodenominado Sistema de Seguridad Xaltianguis (SSX), a quienes responsabilizaron del saqueo de su patrimonio.
Unas 35 personas entre adultos y menores de edad, temerosos y hasta temblando, se reunieron la mañana de este martes en el poblado de Los Órganos, desde donde partieron en caravana acompañados por dos patrullas de la policía y un enviado de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Guerrero. En el poblado, fueron custodiados por miembros de la Base de Operaciones Mixtas que se instaló en la zona conformada por marinos, la Guardia Nacional, policías federales y estatales.
La travesía inició cuando los desplazados detectaron la presencia de un presunto “vigilante” del dirigente del Sistema de Seguridad de Xaltianguis, Daniel Adame Pompa, en la estación de servicio donde fue el punto de reunión, motivo que provocó pavor de las mujeres asistentes que solicitaron la intervención de las fuerzas de seguridad, quienes detuvieron al hombre para ponerlo a disposición.
En entrevista, uno de los habitantes desplazados quien se reservó el nombre por cuestiones de seguridad, informó que son alrededor de “250 personas adultas, más los niños que son un aproximado de ciento veintitantos niños, pero es más grande la cifra, somos más de mil desplazados”, los que ya no viven en aquel poblado por temor a secuestros, extorsiones y hostigamiento de los civiles armados.
Al llegar al pueblo, la primera casa visitada fue la de un micro empresario, quien, con lágrimas en los ojos y la voz entre cortada, relató estar destrozado al encontrar su casa saqueada, con muebles faltantes, en ruinas.
Al paso del recorrido de la caravana, se pudo constatar que otras viviendas fueron ocupadas por los elementos del SSX para sus operaciones, mientras que en 10 de ellas ubicadas en una vecindad, la saña fue peor, al grado de que con fuego acabaron con todo lo que se encontraba en su interior.
De acuerdo a los desplazados, ninguno regresará a habitar los domicilios, debido al temor que continúa operando, ya que, presuntamente, todavía hay miembros del Sistema de Seguridad de Xaltianguis que se pasean a bordo de los mototaxis sin que las fuerzas castrenses que mantienen el control de la zona hagan intento por indagar al respecto.