El temor de contagiarse de dengue nuevamente por picadura del mosco es latente en la señora Carmen Flores, quien tuvo hospitalizados a sus dos hijos en meses diferentes tras estar gravemente enfermos del padecimiento.
La lluvia a ella le generó preocupación extrema porque el puerto de Acapulco encabeza el número de casos de la enfermedad que ha cobrado la vida de varios ciudadanos.
Con miedo, asegura que tendrá que extremar medidas preventivas para evitar que sus hijos puedan contagiarse una vez más al ser picados por el mosquito Aedes Aegypti.
Lea también: Salud en proceso de rehabilitar 119 centros y 3 hospitales
Días y noches pasó en incertidumbre en el hospital al saber que su hija de 14 años en vez de incrementar sus plaquetas, estas iban a la baja, a tal grado que llegó hasta 20 mil, situación que preocupó a los médicos que la atendían y observaban severamente.
Tenerla en terapia intensiva y suministrarle plasma era una opción para que pudiera mejorar, así como un tratamiento para el hígado el cual estaba afectándose.
La menor presentó marcas en la piel como salpullido aunado a la salida de sangre por varias partes del cuerpo (dengue hemorrágico).
El otro caso de su hijo de 11 años contagiado en el mes de diciembre fue también crítico debido a que el menor el virus estaba afectando su riñón, páncreas, hígado y se estaba deshidratando.
El menor en un principio presento al igual que su hermana mayor dolor abdominal, vomito y diarrea, pero él dormía 23 horas del día.
Actualmente a pesar de que la señora Carmen mantiene medidas estrictas de cuidado para evitar nuevamente el contagio, su temor crece.
“Diariamente pongo insecticida en mi hogar, mis hijos cada cuatro horas aplico repelente, están comiendo mejor, los estoy vitaminando y doy vitamina C y complejo B”, dijo.
Para ella no solo fue el desgaste emocional, la preocupación en certidumbre de ver que era mínimo la mejoría, sino que también tuvo un gasto económico de más de 30 mil pesos.