Los hechos de violencia extrema que se registraron hace un días en Chilpancingo están siendo utilizados por extorsionadores telefónicos para adjudicarse la autoría y espantar a quienes llaman para pedirles dinero.
El 24 de junio siete personas desmembradas fueron tiradas frente al parque de San Mateo, cinco de las cabezas colocadas en el cofre de un vehículo y a un costado de ellos mensajes amenazadores dirigidos a autoridades del municipio de Chilpancingo.
A partir de ellos los estafadores telefónicos están llamando a teléfonos celulares para exigir que les entreguen una cantidad de dinero a cambio de que no le hagan nada a ningún miembro de la familia, quien llama asegura ser parte del grupo delincuencial conocido como “Los Ardillos”, asegura llamar a nombre de Celso Ortega y se adjudican ser los responsables del multihomicidio.
Lee también: Preocupa a empresarios el incremento de la violencia en la capital
“Le dejamos un mensajes a la presidenta Otilia para que veas como trabajamos”, también refieren que han estado en Chilpancingo desde el gobierno de Mario Moreno Arcos.
Cabe señalar que los extorsionadores tienen datos de las personas a quienes llaman porque les hablan pro su nombre y les mencionan su dirección, de tal forma que se haga creíble que son personas que tiene un grupo de delincuentes en camionetas que llegarán a tu hogar a atacarte si no les entregas el dinero.
En las amenazas los extorsionadores también tratan de convencer de que están en Chilpancingo señalando que te levantarán y llevarán a alguna colonia de la periferia o poblaciones cercanas.
“Mire señor, Javier, el trato que le estoy ofreciendo es que entregue un apoyo económico por única vez de 20 mil pesos a cambio de que nos retiremos sin problemas para usted ni para ningún miembro de su familia”, indicó el extorsionador a la víctima que tras escucharle un rato simplemente colgó el teléfono.
Tras colgar el celular del mismo número le hicieron tres llamadas y después recibió otras cinco llamadas de números marcados como spam que ya no respondió y con ello evitó que le siguieran demandando el dinero y tampoco recibió la visita de ninguna camioneta llena de sicarios armados como lo amenazaban.