Tras afirmar estar dispuesto a mediar con ladelincuencia organizada y autoridades de seguridad de Guerrero, elArzobispo de Acapulco, Monseñor Leopoldo González González,aseguró que el problema de la inseguridad y violencia por la queatraviesa el estado es un desafió que tiene solución.
En su primera conferencia de prensa donde estuvoacompañado por los ex arzobispos de Acapulco, Felipe AguirreFranco y Carlos Garfias Merlos, González González, resaltó queante la adversidad que atraviesa Guerrero, si fuese necesario elencuentro con la delincuencia organizada él lo haría, a fin deencontrar la manera de facilitar el modo a su conversión y conello lograr que las personas que han vivido en la violencia y elcrimen, se reintegraran a la sociedad como bendición.
“Si el encuentro significa buscar la manera decómo hacer que las personas que han dedicado su vida a laviolencia, a la delincuencia, al crimen, encontraran su conversióny así facilitar el modo cómo puedan dejar eso y reintegrarse a lasociedad como bendición, yo he de hacerlo, ya que el señor Jesúsmurió por todos y a todos les hacía llegar la palabra de amor deDios padre que invita a la conversión y hacer un bien hacia losdemás”, señaló.
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Recordó que en el año 001 cuando él estaba comoobispo auxiliar en Morelia, Michoacán, familiares de una víctimade secuestro solicitaron la intervención de la iglesia con elseñor cardenal Alberto Suarez, en la negociación de suliberación; por lo que ser mediador con el crimen organizado no esun tema nuevo.
Consideró que pese a la problemática que atraviesaGuerrero en materia de violencia, él visualiza al Estado como unpueblo con mucha esperanza, ya que pese a grandes desastresnaturales se han podido reponer, “ahora tenemos una realidad muydolorosa, violencia, pobreza, corrupción, indiferencia entre lagente, lo que se mira como una realidad dolorosa, sin embargo nocomo algo permanente, algo fatal, se mira como un desafío, algocon solución”.
“Me da alegría ver que lo difícil, lo doloroso,se contempla como algo a superar, se ha visto que no solo laiglesia, si no los ciudadanos, las instituciones hemos de unirnospara superar ese desafío para transformarlo y se han puesto mediosmuy concretos como la prevención del delito, los centros deatención a jóvenes, las escuelas de perdón y reconciliación,los centros de escucha, la atención a las personas que han sidovíctimas de la violencia, todo ello me habla de un pueblo deesperanza, es una esperanza muy fundada porque nosotros tenemos unafe muy arraigada de que el mal no tiene la última palabra”,enfatizó.
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Agregó, que la iglesia tiene una fe muy arraigada enque el señor Jesús muerto y resucitado vive entre nosotros y éltransforma a cada una de las personas, lo que los hace ser aquelloque Dios Padre quiso hacer de cada uno, un bien suyo, unabendición suya, ya que nadie ha sido creado dañino, sino todoshan nacido como una bendición.
Al ser cuestionado sobre qué plan tiene paratrabajar en Acapulco, Monseñor González González, comentó queen la arquidiócesis existen un plan de data desde el 2009 yconcluye este año 2017, en el que presentan lo que lascomunidades, los sacerdotes, las religiosas, la sociedad han miradocomo la mejor manera de responder desde el evangelio a lasituación que se vive, por lo que su realidad en estos momentostiene que ser la de una persona que estará cerca, acompañará,escuchará, preguntará y continuará con la respuesta de laiglesia ante alguna adversidad.