Jóvenes que se identifican como estudiantes de la normal rural, “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa tomaron las casetas de Palo Blanco, en Chilpancingo y La Venta, en Acapulco para exigir una “cooperación voluntaria” de 100 pesos para permitir el paso de automovilistas.
Pese a que en diciembre pasado, el Senado realizó una serie de reformas para sancionar económicamente y hasta con cárcel, los estudiantes no solo han mantenido sino que han intensificado la toma de casetas sin que ninguna autoridad ni siquiera los incomode.
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De acuerdo al informe, este viernes al mediodía, llegaron a la caseta a bordo de un autobús particular -que mantiene en su poder- y comenzaron a pedir “cooperación voluntaria”.
Tradicionalmente se mejorarán entre 3 y 5 horas y se retirarán sin mayor problema.
Sobre la cantidad y destino de los recursos que no adquirieron informes y su argumento es que son para mantener el comedor de la escuela, pese a que existe un presupuesto para ello.
A principios de año, durante el regreso de millas de automovilistas por el fin del periodo vacacional, se hizo un cálculo sobre el ingreso basado en la cantidad de vehículos que cruzaron las casetas de Palo Blanco, La Venta y Paso Morelos y habrían obtenido cerca de tres millones de pesos por la toma de los tres espacios durante ese día.
Otro riesgo que se ha alertado es la presencia de los estudiantes en los cruces de los vehículos. Ayer, una unidad del Acabús, que fue robada en el puerto, se estrelló contra uno de los módulos de cobro y aunque no se registraron lesionados, refleja el peligro de que personas ajenas estén en lugares no permitidos.