Utilizan avispas para control de plagas en Montaña Baja de Guerrero

Los cursos se impartieron a productores del grupo Titekiti Totlayol Uan Chane, de los municipios de Mártir de Cuilapan y Zitlala

Juan Manuel Molina / El Sol de Acapulco

  · viernes 6 de septiembre de 2024

El uso de avispas tiene como objetivo el de combatir diversas plagas. / Foto: Cortesía | @GuerreroComSoc

En los municipios de Zitlala y Mártir de Cuilapan se puso en marcha un taller de control biológico, en el que avispas del género Trichogramma son utilizadas para el control de plagas en los cultivos de maíz nativo.

Se trata de una serie de acciones como parte de la aplicación del Programa de Acompañamiento Técnico y Perspectiva de Género, que ha venido impulsando la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Rural.

Estos talleres se impartieron a productores del grupo Titekiti Totlayol Uan Chane, de los municipios de Mártir de Cuilapan y Zitlala, ubicados en la región Montaña Baja de Guerrero.

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“Los productores están fortaleciendo sus conocimientos en control biológico y contribuyendo a la soberanía alimentaria”, se indica en un comunicado.

En este documento, se da conocer que la liberación de avispas es un paso crucial hacia una agricultura limpia y respetuosa con el entorno, con el que se garantiza que los alimentos producidos sean seguros para el consumo humano y libres de químicos.

El uso de estas avispas tiene como objetivo el de combatir diversas plagas que afectan directamente al maíz, como el gusano cogollero, gusano elotero, gusano soldado, gusano trozador y el gusano falso medidor.

Campesinos en la instrucción para liberar avispas. / Foto: Cortesía | @GuerreroComSoc

Estas avispas son capaces de destruir los huevecillos de las plagas antes de qué se conviertan en larvas, lo que reduce significativamente el daño en los cultivos.

Al tratarse de un control de plagas natural, esta técnica permite a los productores que eviten el uso de otros productos químicos, que son dañinos para el medio ambiente.

En este taller se enseñó a los campesinos cómo utilizar estos insectos de manera efectiva; quienes utilizarán cuatro placas por hectárea.

Con estas prácticas se reducen el uso de insecticidas y se promueve la preservación de otras especies del ecosistema agrícola, además de qué la producción de maíz es más saludable y sostenible.