Una mujer que apaga fuegos

Trabaja a la par que sus compañeros, hace jornada de 24 horas, carga mangueras, combate abejas, atiende fugas de gas y realiza ejercicios de acondicionamiento físico.

Abel Miranda Ayala/Colaborador.

  · miércoles 11 de abril de 2018

Tomasa Santiago Nava, la primer “aspirante” a bombero de Chilpancingo. /Abel Miranda Ayala


CHILPANCINGO, Gro.- Trabaja jornada de 24 horas, carga mangueras, combate abejas, atiende fugas de gas y hace jornadas de acondicionamiento físico, igual que sus compañeros, ella es Tomasa Santiago Nava, la primer "aspirante" a bombero de Chilpancingo, quien desde hace dos años está integrada a la corporación y no ha logrado tener una plaza.

Hace dos años, Tomasa salió de su natal Tixtla para venir a la capital con la intención de enrolarse en las filas de Protección Civil, sin embargo, antes de formalizar su solicitud quiso tener un poco de adiestramiento, por ello solicitó ser aceptada en la capacitación que se da a los bomberos de Chilpancingo.

"Me ha gustado tanto el ambiente de los bomberos que decidí quedarme aquí y estoy en espera de que haya un espacio para que puedan contratarme, mientras tanto seguiré como aspirante y haciendo lo que más me gusta, ayudar a la gente".

La mujer, con quien platicamos en la base de los bomberos municipales, comentó que en la labor que realiza le ha tocado sofocar incendios de autos, casas y vegetación en predios suburbanos, además atiende fugas de gas y eliminación de enjambres de abejas.

"He tenido surte porque hasta el momento no me ha tocado ver personas calcinadas, aunque sí es muy triste y deprimente ver cuando se quema una casa y una familia pierde todas sus propiedades y no podemos ayudarles más".

La historia de Tommy, como la conocen sus compañeros y amigos, tuvo un parteaguas hace tres años, cuando el que fuera su esposo durante 15 años decidió solicitarle el divorcio, ella entró en un estado de depresión y por ello decidió salir a buscar trabajo y fue así que llegó a la oficina de bomberos, donde asegura que ha encontrado satisfacciones que han llenado el hueco que tenía en su alma.

"De verdad se los digo, aquí no cobro ni un peso, pero la satisfacción que te deja el recibir las gracias o una bendición de parte de una persona que ayudaste, simplemente no tiene precio".

Sin embargo, la mujer bombero reconoció que la falta de un pago formal le genera complicaciones para la manutención de sus dos hijos que son ya unos adolescentes, "para tener dinero hago tortillas para vender, o voy al campo a emplearme como jornalera en el corte de jitomate o flores".

De acuerdo con los archivos de la corporación, desde 1946 que se fundó el cuerpo de bomberos no se ha tenido una mujer bombero como tal, aunque sí se registra que a principios de la actual década se tuvo una mujer en calidad de voluntario.

Tommy, el pasado viernes trabajó en un incendio suburbano cerca de la colonia OPCG que consumió varias hectáreas de vegetación y amenazaba con llegar hasta casas habitadas, la labor se extendió hasta la una y media de la mañana, "fue extenuante este incendio y lamentablemente ahorita es la temporada en que se incrementan los incendios de este tipo que nos hacen trabajar más, pero principalmente ponen en riesgo a la población".

La mujer dijo saber que su trabajo es de muy alto riesgo, que sabe que un día podría perder la vida mientras presta un auxilio, sin embargo, no le preocupa morir, pues si eso pasa será haciendo la labor que tanta satisfacción le ha dado, "mis hijos saben que me arriesgo, y cuando salgo siempre me despido de ellos y me piden que me cuide y al hacerlo nos hacemos saber que nos amamos y que tanto ellos son importantes para mí, como yo soy para ellos, por eso amo ser bombero y aquí seguiré aun cuando no me paguen".

La primer mujer bombero de Chilpancingo agradeció a sus compañeros que la respeten y le den su lugar, "aquí tenemos el problema de que todos los espacios están adaptados sólo para ser usados pro hombres, por ejemplo, no hay una regadera para mujeres y tengo que bañarme con una cubeta de agua en el sanitario, no hay un dormitorio aparte, y los trajes son todos masculinos".

Finalmente comentó que la única parte que no le ha gustado de ser bombero es el poco apoyo que tiene la corporación para equipamiento, pues los uniformes la mayoría son comprados por los propios bomberos con sus propios recursos, este traje que yo uso es prestado, las botas me las facilitó el director, pero no son de mi número, sin embargo, tenemos mucho corazón y es lo que más cuenta para trabajar cuando nuestra labor es requerida.