Viviendo entre la basura, expuestos a contagios y con mínimas protecciones que se han autoimpuesto, todos los días, un puñado de hombres y mujeres salen a rifarse la vida recogiendo las más de 400 toneladas de basura que se generan diariamente en la capital, estos no tienen ninguna capacitación, adiestramiento o información en torno a cómo actuar para dar tratamiento final a los residuos infecciosos como los que generan pacientes de Covid-19.
Jacobo es conductor de uno de los camiones recolectores de basura del ayuntamiento de Chilpancingo, y recientemente se incorporó a sus funciones después de estar tres semanas fuera de servicio por haber contraído covid-19, “no sé dónde me haya contagiado, pero en la oficina casi todos ya se enfermaron incluso el jefe que se tuvo que ir a descansar 15 días”.
El trabajador confirmó qué en la capital de Guerrero, el personal dedicado a la recolección de residuos sólidos no tiene ningún protocolo de actuación para el trato de residuos covid, “no nos han dado ninguna capacitación, no nos han dado información, y sólo con lo que platicamos con los compañeros tratamos de no tocar bolsas que veamos que tienen algún tipo de desecho relacionado con la enfermedad”.
Así mismo confirmó que no tiene capacidad de hacer una separación de residuos pro lo que toda la basura sea peligrosa o no va a dar hasta el basurero municipal y allá en todo caso es donde se tendría que realizar la separación para depositar en un lugar seguro los restos infecciosos, “esa parte ya no corresponde al recolector sino a la empresa que administra el tiradero”.
Jacobo trabaja entre 10 y 12 horas diarias, pero el ayuntamiento solo le paga por ocho, pero quienes en su momento han levantado la voy para exigir jornadas de trabajo justas o pago de horas extra simplemente son bajados del camión, son enviados a barrido manual o a otras áreas de servicios públicos o los despiden.
“No somos menos héroes que los médicos, nuestro trabajo es igual o hasta más importante que el que hacen los doctores que atienden a los pacientes, nosotros atendemos a toda la población, todos los días, y tenemos contacto con la basura que generan los pacientes de covid, y aquí seguimos todos los días haciendo este trabajo que para muchos es denigrante, pero lo hacemos poniendo todo el entusiasmo”.
Indicó que uno de sus compañeros trató de llegar al presidente municipal para pedirle que gestionara la vacuna anticovid, sin embargo, sus jefes lo frenaron, “le dijeron que para que queremos la vacuna si nosotros somos inmunes porque hemos desarrollado anticuerpos debido a nuestra actividad, en la que estamos expuestos a enfermedades todo el tiempo”.
Luego de eso le aplicaron algunos castigos, como haberlo excluido de un bono que nos va a llegar en próximos días, y le detuvieron una reparación de su camión que lo mantuvo más de 15 días parado.
“Quizás nosotros hemos desarrollado inmunidad, pero nuestras familias no, y más de la mitad de los compañeros ya han sufrido contagios de covid-19, entonces no somos tan inmunes y nos podemos morir ya que no hay capacidad económica para atendernos si nos ponemos graves”.
El recolector reconoció el apoyo que han recibido desde la sociedad para poder realizar su trabajo, comentó que, en una colonia popular, los vecinos se cooperaron y les donaron gel antibacterial, guantes de látex y cubrebocas, ello porque el gobierno municipal no les dota suficiente material de protección.
“Mire estos cubrebocas, los compramos nosotros y todos los días que agarramos uno, le ponemos dos pesos en un bote para que después podamos comprar más, es la forma en que vamos tratando de ir protegiéndonos nosotros”.