Nosotros fuimos como los de la canción, “que triste se oye la lluvia en las casas de cartón” porque aunque las viviendas fueron de concreto, estaban tan frágiles como un cartón, en las lluvias se metía el agua y en los temblores se movían como gelatina mal cuajada, relató la señora Genoveba Cirilo de la Cruz, mientras observaba como una retroexcavadora derribaba la vivienda que ocupó por nueve años.
Doña Genoveva vivió en el asentamiento conocido como Jacarandas cerca de la presa del Cerrito Rico, durante la contingencia que generaron las tormentas Ingrid y Manuel el agua se llevó su casa y todas sus pertenencias, entonces fue damnificada y ocupó un espacio en el albergue que se instaló en las canchas del crea, después fue reubicada en una de las casas del fraccionamiento nuevo mirador.
“Las casas siempre estuvieron mal y se lo hicimos ver a las autoridades pero no nos hacían caso hasta que ya fue imposible seguir viviendo en estas paredes fracturadas”.
El gobierno federal a través de del Programa Nacional de Reconstrucción demolerá 212 viviendas para luego reconstruirlas en el mismo espacio, cada una cuenta con 52 metros cuadras de construcción en los que se contemplan dos recámaras, sala comedor y un baño.
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El compromiso del gobierno federal fue que en un plazo no mayor a ocho meses las nuevas viviendas estarán terminadas y podrán ser habitadas sin ningún riesgo.
La señora Genoveba Cirilo de la Cruz relató que los años que vivió en este lugar fueron un verdadero infierno, cada vez que temblaba tenían que salir corriendo como estuvieran porque de verdad temían que la casa se cayera, “mire como la máquina apenas las toca y se caen los pedazos, porque no tiene varillas, no tiene nada de estructuras que la sostengan.
Comentó que en caso de lluvias, a su casa le iba muy mal, porque en ella desembocaba el escurrimiento pluvial y toda el agua se metía, “yo tengo un padecimiento que se llama artritis reumatoide degenerativa y cada vez que llovía a cualquier hora me tenía pues parar a sacar el agua a veces metida hasta la cintura en el agua.
Doña Guadalupe Bautista Reyes no suelta el teléfono, platica con sus vecinos y con este reportero pero no deja de grabar, quiere tener el momento en que derriben la que fue su casa, “aunque estaban mal construidas y se nos filtraba el agua este fue nuestro hogar durante nueve años, aquí hubo muchas alegrías, muchos llantos, tristezas y sobre todo mucha fuerza y ganas de seguir adelante ante la adversidad”, señala mientras sus ojos se ponen vidriosos por la nostalgia.
Explicó que el gobierno se comprometió por escrito que en ocho meses estarán edificadas las nuevas construcciones, de acuerdo con lo que se ha dado a conocer en el proceso de reconstrucción se invertirán 118 millones de pesos y se construirán 212 viviendas, el gasto incluye la demolición de las que actualmente están y la construcción de las nuevas con todo y sus servicios.