Entre gritos de justicia, lágrimas y melancolía, la generación 2014 – 2018 de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa celebró su graduación, con la ausencia de 43 de sus compañeros que fueron desaparecidos de manera forzada el pasado 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero.
En el patio principal de la escuela, ubicada en el municipio de Tixtla en la región Centro de la entidad, directivos y estudiantes llevaron a cabo un minuto de aplausos en memoria de sus compañeros desaparecidos y algunos padres de familia acudieron a presenciar la que sería la graduación de sus hijos y que nunca sucedió, debido a que siguen buscándolos.
Uno de los estudiantes, durante el último pase de lista gritó al cielo diciendo “los seguiremos buscando, este logro es por ustedes compañeros, nunca los olvidaremos, sepan que a donde vayamos los llevamos en el corazón y nos faltan 43, dónde están nuestros compañeros que deberían de estar aquí con nosotros celebrando”, expresó.
Con traje azul, camisa blanca y corbata, los egresados recordaron a sus compañeros que en aquel entonces cursaban apenas el primer año de la Licenciatura en Educación, cuando acudieron a Iguala y fueron atacados por policías municipales y supuestos integrantes de la delincuencia organizada, después desaparecieron y hasta la fecha, nada se sabe de ellos.
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Los futuros profesores rurales en Guerrero, dijeron que, aunque su graduación debería de ser un momento de felicidad y alegría, están tristes y comparten el dolor de las madres y padres que lloran por sus hijos desaparecidos, que continúan con la esperanza de localizarlos con vida, cuando la autoridad les diga la verdad de lo que pasó esa noche en Iguala de la Independencia.
En la ceremonia asistieron 74 estudiantes de los 140 que iniciaron esta generación, donde se supone asistirían los 43 normalistas desaparecidos y que, según la verdad histórica de la PGR, fueron asesinados, sus huesos triturados, quemados en un basurero de Cocula y sus cenizas arrojadas al río de esta misma comunidad.
Cabe mencionar, que esta generación 2014-2018 fue bautizada como “26 de septiembre, tres semillas, 43 esperanzas”, en memoria de los desaparecidos y de sus familias que sufren el dolor de la ausencia de estos jóvenes que les fue truncado su futuro, su vida.
