En medio de un operativo de seguridad y a pesar de las amenazas de extorsión de parte de presuntos delincuentes hacía algunos integrantes de hermandades, en las calles de Taxco de Alarcón los feligreses se desbordaron para vivir el fervor católico y seguir la procesión del Santo Entierro.
Al medio día, el zócalo de Taxco y la catedral, se convirtieron en el escenario para la escenificación del víacrusis donde jóvenes vestidos de Romano llevaron a Jesús para crucificar.
En medio del relato de cada suceso ocurrido durante el vía crusis, Jesucristo luego de ser crucificado es llevado al templo del ex convento de San Bernardino de Viena donde es subido a la cruz.
Los turistas nacionales y extranjeros abarrotaron las calles empedradas y angostas de Taxco para admirar a los penitentes como son los encruzados que cargan rollos de zarzas con espina, que pesan más de 50 kilos y caminan descalzos por las calles de la ciudad. Van escoltados de dos personas para ayudarlos al momento de tomar un descanso.
Por la tarde, los feligreses siguen formando parte del viernes santo al presenciar en ese ex convento el descendimiento del cuerpo santo, donde Jesús es bajado de la Cruz y lo meten a una urna de cristal.
En el interior del ex convento, la imagen de la virgen de los dolores es preparada para participar en la procesión del Santo Entierro, donde Jesús que es cargado en la urna de cristal recorre las calles angostas y empedrada de la ciudad colonial.
Nuevamente, los turistas que acuden a vivir el fervor religioso de la Semana Santa y llenan las calles para presenciar La Procesión del Santo Entierro donde lo acompaña La Virgen de los Dolores así como la Magdalena, San Juan Evangelista y los penitentes donde todos van vestidos de negro o morado en señal de luto.
Por la media noche del viernes, la tradición de la Semana Santa sigue con la procesión del Silencio, donde también participa la Virgen de los Dolores, que es acompañada por las ánimas, los flagelados y encruzados.
Durante el recorrido, ya no hay azotes de los flagelados, ni el ruido del arrastre de las cadenas de las animas, ni tampoco lo rollos de zarzamora que cargaron durante su trayecto de penitencia los encruzados; todo es la procesión del silencio
La procesión del silencio concluye entre las dos y tres de la madrugada.
Aquellos feligreses y turistas que participan por primera vez les causa asombro al experimentar esta celebración de la Semana Santa.