En un pueblo fantasma se han convertido San Marcos, municipio de la Costa Chica, después de las medidas emergentes tomadas por la autoridad municipal para prevenir la propagación del coronavirus entre sus habitantes.
De acuerdo a los vecinos de la cabecera municipal, desde el pasado viernes 3 de abril del año en curso, la vida les ha cambiado, debido a que las autoridades municipales decretaron un toque de queda como parte de una cuarentena obligatoria, luego de que se conociera del primer caso de covid-19 en el poblado.
La determinación tomada por el alcalde Tomás Hernández Palma, contempla que todos los negocios que no tienen nada que ver con salud, cerrarán sus puertas a partir de las 20:00 horas, mientras que los ciudadanos deben resguardarse en sus casas a partir de esa hora.
De acuerdo a uno de los nativos de San Marcos, la vida cotidiana ha cambiado para todos los que viven en ese lugar, debido a que disminuyó la cantidad de ciudadanos que salen a las calles a lo largo de todo el día, por el temor a ser sancionados por la autoridad municipal, pero principalmente por el miedo a contagiarse de la enfermedad que ha infectado a por lo menos 25 personas en Guerrero y matado a una.
Las calles de este municipio son observadas desiertas, sin gente, en silencio, como si fuera un "pueblo fantasma", asegura la fuente; situación que nunca había sido vista con anterioridad, ni con el paso de fenómenos naturales que han devastado la región, pero confían en que pronto todo pasara y volverán a salir a las calles en el poblado que, de acuerdo a canciones de grupos tropicales, tiene la fama de las mujeres bonitas.