El sacerdote José Filiberto, Velazquez atribuyó a su labor pastoral y de apoyo a familias de víctimas de la violencia, el atentado que sufrió la madrugada de este martes en Tixtla.
El religioso acudió este miércoles a la Fiscalía General del Estado (FGE), a interponer una queja sobre el ataque del que fue objeto durante la madrugada.
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Mencionó que de manera momentánea, la Policía Estatal le brindará seguridad personal, en tanto se definen nuevas acciones por parte del Mecanismo de Protección para Defensores de Derechos Humanos y Periodistas.
Dijo que la labor que ha realizado en apoyo de las familias desplazadas y de las que han sido victimas de violencia y desaparición en la Sierra de la entidad, sin duda ha generado inconformidad.
Indicó que aún cuando el Mecanismo de Protección le recomendó salir del Estado, continuará con su labor y que seguirá sus actividades normales.
Mencionó que la semana pasada solicitó resguardo policial para acudir a visitar a familias de localidades del municipio de Leonardo Bravo, con cabecera en Chichihualco, pero se le negaron.
Velázquez Florencio había acudido a una reunión en la Normal de Ayotzinapa a dar acompañamiento a estudiantes, después, cuando regresaba a Chilpancingo hombres armados que se trasladaban en una motocicleta e iban atrás de él, le dispararon. Seguido de esto, la moto lo rebasó y de frente realizó otros disparos, para después huir.
El sacerdote se protegió y salió ileso; abandonó el vehículo y corrió hacia las instalaciones de la Normal de Ayotzinapa, donde fue auxiliado por los jóvenes.
Horas después del hecho, llegaron al lugar personal de la Policía Estatal, de la Fiscalía General del Estado (FGE) y del Ejército Mexicano, quienes lo resguardaron hacia Chilpancingo a presentar la denuncia.