La inseguridad en Chilpancingo se encuentra en niveles tan altos que no respetó ni al Niño Dios que se colocó en la representación del nacimiento del quiosco de la capital, la imagen religiosa se colocó la tarde del 24 de diciembre y un día después el espacio amaneció vacío.
El robo se registró a pesar de que el zócalo de la capital es el único espacio que vigila la policía municipal de Chilpancingo, el resto de las colonias se cubre con personal de la policía del Estado que coordina esfuerzos por la falta de elementos de la corporación local.
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La propia presidenta municipal, Norma Otilia Hernández Martínez confirmó el robo del Niño Dios e informó que esta imagen había sido donada por el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Monseñor José de Jesús González Hernández y él mismo fue quien lo acostó en el nacimiento instalado en el quiosco.
Usuarios de redes sociales han comentado que el Niño Dios podría haber sido robado por una persona que no está bien de sus facultades mentales y que tras haberlo robado anduvo por diversas calles de la ciudad cargándolo y arrullándolo como si se tratara de un niño de verdad, los únicos que no lo vieron fueron las autoridades de seguridad.
La alcaldesa indicó que el Niño Dios para quienes tiene fe en la religión representa una esperanza de un mundo mejor, porque al celebrar su nacimiento se retoman los valores humanos y se reconocen las faltas que se han cometido.
Recordó que Jesucristo no acudía a las personas que estaban bien, él iba en ayuda de los enfermos, de los delincuentes para regresarlos al camino del bien, y por eso hoy la sociedad requiere de retomar esos valores.
Tras el plagio, la alcaldesa informó que se retiraría el nacimiento del quiosco, es decir que no se repondrá la pieza robada, sino que se quitará todo el adorno de la plaza cívica.
Cabe señalar que no es la primera vez que un Niño Dios desaparece del zócalo de la capital, en al menos dos ocasiones anteriores se han robado la imagen del interior de la Iglesia de la Asunción y la diócesis ha confirmado que la imagen no representaba ningún valor económico importante, porque no se trató de piezas antiguas ni algún trabajo realizado por artistas reconocidos, sin embargo, a nivel de fe si es un daño importante porque la comunidad católica tiene fe en lo que la imagen representa.