Estrés, frustración, miedo, desesperación y enojo han experimentado decenas de enfermeras que laboran en el hospital general del ISSSTE en Acapulco durante los últimos diez meses en los que han atendido a cientos de pacientes enfermos por Covid-19, de los cuales muchos han fallecido por diversas circunstancias, principalmente por problemas pulmonares graves.
Con el paso de los meses, las condiciones del hospital han comenzado a colapsar, no solo han llegado a estar llenas las camas para pacientes con coronavirus, sino que, el personal médico y de enfermería ha carecido del indispensable material de protección como cubrebocas, guantes y batas especiales, además de googles para protegerse de este virus mortal.
Los horarios han sido de ocho horas, en las que no comen, no toman agua ni van al baño para no retirarse su equipo de protección, insumos que han adquirido por separado para continuar trabajando y evitar contagiarse, porque saben que esta enfermedad puede causarles la muerte a pesar de estar sanos.
Viridiana lleva más de 20 años laborando en el hospital del ISSSTE ubicado sobre la avenida Ruiz Cortines en Acapulco, este año desde el principio de la pandemia fue asignada al área Covid, donde ha visto de todo, pacientes que llegan ahogándose por la enfermedad y también adultos mayores que logran superarla, aunque “sinceramente son la minoría”.
“Está pandemia llegó cuando no estábamos preparados, este hospital es muy viejo, tiene muchos problemas y el personal es poco, no nos damos abasto para atender a todos los pacientes, ahorita hemos dado prioridad al Covid, pero hay muchas otras enfermedades y las hemos descuidado”, reconoció Viridiana.
En promedio, el ISSSTE recibe a 12 pacientes al día sospechosos a coronavirus, y apenas cuentan con 26 camas de terapia intensiva para los más graves, quienes permanecen intubados y al borde de la muerte debido a que de cada diez personas en esta situación, siete fallecen debido a que su cuerpo no resiste esta etapa que es la más grave de la enfermedad.
Viridiana recordó que, por lo menos en tres ocasiones han denunciado que las camas están llenas y que no se dan abasto para la atención, toda vez que, muchos médicos especialistas se fueron de licencia debido a que padecen diabetes o hipertensión arterial y son vulnerables a esta enfermedad, además las contrataciones son escasas.
“No nos damos abasto porque muchos médicos no están trabajando aquí en el ISSSTE pero en los hospitales privados sí, se supone que si pidieron permiso es porque están enfermos, pero en sus consultorios privados están dando consulta o atendiendo pacientes Covid en hospitales de paga, eso es lo que nos molesta, eso no es ético”, dijo.
Según la información proporcionada el personal de enfermería, son más de 10 médicos especialistas los que metieron licencia en el ISSSTE por supuestamente padecer comorbilidades, sin embargo, se les ha visto trabajando en hospitales como Santa Lucía, Farallón, El Prado, Pacífico y otras clínicas privadas en el puerto que también atienden a pacientes con Covid-19.
La enfermera Laura, quien también está trabajando en el ISSSTE desde hace 25 años y ahora atiende a pacientes intubados en el área Covid, dijo que ha padecido estrés, ansiedad y miedo por la posibilidad de contagiarse, además hace unos días denunciaron que, el material e insumos que necesitan ya se acabó.
Reveló que, están preocupados en esa área porque ya no hay sedantes que son administrados a los pacientes a la hora de ser intubados, “es imposible que les metamos él tuvo hasta los pulmones sin anestesia, es mucho dolor es mortal”, por eso han exigido a los directivos que adquieran el medicamento lo antes posible porque esto puede derivar en el fallecimiento de pacientes.
Aunado a estas carencias, el hospital cuenta con fallas en el sistema de oxigenación, gas, electricidad y aires acondicionados debido a que no se les ha dado mantenimiento de forma adecuada durante décadas, además los elevadores se descomponen de forma constante y en ocasiones no hay manera de transportar a los pacientes graves que no pueden moverse.
Ambas enfermeras hicieron un llamado a la población para que apliquen las medidas preventivas y no se enfermen, porque puede llegar un momento en el que no haya espacio en los hospitales para su atención, por ello no es necesario que se arriesguen en la calle por salidas innecesarias.
Dijeron que, por meses no han visto a sus familiares y tuvieron que, rentar un departamento para vivir en este tiempo, sacrificio que hacen para no enfermar a sus hijos, padres, nietos y demás integrantes de su círculo cercano, además de la vocación profesional que tienen para atender a todos los enfermos con la pandemia que afecta a todo el mundo.