El presidente del Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Héctor Apreza Patrón, hizo un reconocimiento al legado que deja el coordinador del grupo parlamentario de diputados federales, René Juárez Cisneros, "en momentos más aciagos nos contagió su visión, liderazgo y pasión de servicio".
Tras la muerte del ex gobernador de Guerrero, Juárez Cisneros, ocurrida este lunes por la madrugada y a unas horas de que su cuerpo sea trasladado de la Ciudad de México al puerto de Acapulco, el dirigente del PRI recordó una serie de anécdotas que vivió al lado de un hombre que luchó hasta el último aliento contra las secuelas de Covid-19.
En nuestros recorridos por los caminos de la Montaña, por todo el estado, tuve la oportunidad de conocer su gran calidad humana, su facilidad para comunicarse con la gente y la firmeza con la que su voz se convertía en guía de sus palabras y sus actos.
Pero lo más importante, es que ese gesto adusto, el paso rápido y alargado, y la palabra siempre directa y de frente, fueron su distintivo desde sus inicios en la administración pública hasta su última encomienda: la de liderar a una bancada en la Cámara de Diputados de manera responsable, firme y propositiva en una coyuntura que pocos habían imaginado.
El también coordinador del grupo parlamentario de los diputados del PRI en el Congreso del estado, Apreza Patrón, reconoció que aún en los momentos más aciagos, los contagió con su visión, liderazgo y pasión de servicio. El espíritu incansable fue fundamental para que fuera logrando victorias, muchas en silencio, otras con el respaldo de miles de guerrerenses.
René Juárez nunca mostró flaqueza ante los desafíos, ni rehuyó al debate. Enfrentó cada uno de los retos que se erigían ante tus responsabilidades públicas con entereza, carácter y fe incuestionable.
Le admiró que fue en todo momento un hombre de honor, un hombre solidario que nunca olvidó su origen, un hombre de palabra que demostró en todo momento que la política sirve a la gente para solucionar problemas.
"Hoy, ante un enemigo invisible no sucumbiste; peleaste hasta el final. Fuiste un guerrero hasta el último de tus alientos. Pero tu legado es parte ya de una generación de mujeres y hombres que han hecho de su quehacer cotidiano, un compromiso de hacer lo necesario para superar la realidad de pobreza y marginación, como fue tu ejemplo y por eso dejas un gran vacío", rubricó Hector Apreza Patrón.