Prendas de vestir que fueron cortadas en tiras y se presume que fueron utilizadas para anudar las manos o vendar los ojos de quienes fueron presos y desaparecidos políticos durante la llamada Guerra Sucia, fueron desenterrados en el 2019 del predio conocido como la ciudad de los servicios en Atoyac y que antes fue el cuartel del 27 Batallón de infantería militar, a pesar de que las prendas podrían aportar información importante no fueron aceptadas como evidencia por la Fiscalía General de la República.
De acuerdo con la investigadora y docente de la UNAM, Lidia Iris Rodríguez Rodríguez, en las excavaciones que se hicieron en el ex cuartel de Atoyac, se tomaron sólo evidencias para ser parte de la investigación desde el perfil de Antropología Forense, y se ha evitado llevar también una estructura de Antropología Histórica, que permitiría tener mucha información del perfil sociológico de las víctimas, y confirmar que estuvieron en el cuartel.
Lea también: Con talleres preventivos buscan aminorar desaparición de jóvenes
Entre las cosas que se localizaron enterradas se tiene ropa de hombre y mujer, “recordemos que hay testimonios que indican que los presos políticos cuando llegaban al cuartel los hacían desvestirse y los dejaban en pura trusa”.
Entre la ropa que se ha localizado se tienen cordones trenzados que los militares usan en su indumentaria para atar las botas, también una tira de trapo anudada en sus dos extremos que podría haberse usado para vendar los ojos de un detenido.
La posibilidad de analizar la ropa podría incluso permitir que se identificara que las víctimas estuvieron en ese cuartel porque se les puede extraer ADN, también documentar que hay ropa que concuerda con la que han descrito los familiares que traían los detenidos.
La investigadora que es parte de la Escuela Nacional de Antropología, explicó que hay casos emblemáticos en Argentina que tiene similitudes con las prendas localizadas en el cuartel de Atoyac, pero que no han sido factores que las autoridades investiguen, desde una perspectiva de la antropología histórica.
Indicó que en total se realizaron seis diligencia de excavación, en las cinco primeras se extrajo ropa pero la fiscalía las devolvió al mismo sitio sin considerarlas como evidencia, en la sexta excavación los antropólogos independientes fueron quienes documentaron la extracción de las ropas y han catalogado para separarlas, “Tenemos prendas que fueron cortadas en tiras para hacer pedazos largos que se usan para amarrar a las víctimas".
Otras prendas tienen perforaciones que podrían ser orificios de baja, también se ha detectado que hay prendas femeninas que concuerdan con mujeres que fueron desaparecidas en la Guerra Sucia.
“Hoy estamos buscando que se reactiven los procesos de excavación y búsqueda de restos en los terrenos del cuartel, pero también que la fiscalía tome esta parte de la evidencia”.
En total tienen 108 calcetines, 323 fragmentos de tela y prendas, 16 prendas con huellas de fuego, cordeles de uso militar uno de ellos tejido.
En la zona también se recuperaron suelas de calzado y casquillos percutidos de bala, pero estos si fueron integrados por la Fiscalía a la carpeta de investigación.