MALINALTEPEC, GRO.- Para los habitantes de habla me' phaa (tlapaneco), reciben y despiden a sus difuntos en lo alto de las montañas, ya que de esa manera cumplen con la fiesta de las ánimas, con la presencia de la deidad principal que es Mbastsún/ abuelo y abuela fuego.
Esta práctica ancestral corresponde a la comunidad de San Miguel del Progreso del municipio de Malinaltepec, cuyos habitantes indígenas de habla me' phaa (tlapaneco) desde un mes antes se preparan para recibir a sus difuntos, como a sus parientes que llegan, ya que trabajan fuera, la mayor parte del año.
Benito Contreras Solano, comunicador comunitario de San Miguel del Progreso, explica que estos días, es la fiesta de las ánimas que en su lengua materna, la traducen como ndxuu (fiesta) níma (almas), wajiin (muertos) xiña' lo (abuelos), palabras que significan como la fiesta de las ánimas, muertos o abuelos.
Lea también: Poner ofrendas para el Día de Muertos resulta muy caro
Comenta que para el inicio de la fiesta de las ánimas se les hace una recepción y acompañamiento de cierre en lo alto de las montañas en presencia de la deidad principal que es Mbatsún/abuelo y abuela fuego.
Explica que la festividad se desarrolla tanto en las casas, el panteón, comisaria, casa de oración comunitaria, en donde se colocan las ofrendas para honrar debidamente a sus antepasados y en los altares donde no pueden faltar los primeros productos de la cosecha del año: elotes, calabazas, frutas y chayotes, además de chocolate, cigarros, aguardiente o chilote, así como agua y sal.
Se cree que la figura de la muerte al dejar el mundo terrenal se transita a otra dimensión, donde continúan realizando las mismas actividades que en vida, por lo que además de comida y alimentos, requieren ciertos objetos que se les ofrendan en el ritual funerario o en Día de Muertos. Algunos de los elementos de las ofrendas rituales me’phaa se disponen en manojos cuyos elementos se cuentan con precisión para contener las cantidades exactas y para poder llegar a esta dimensión o nueva vida se cubren cuentas que están asociadas a sabidurías y dones implementados en comunidad, servicio comunitario, principios y valores.
Indican que los preparativos para la celebración comienzan desde un mes antes, durante los cuales se hace acopio de todos los materiales y productos que se colocan en los altares y sepulturas; además de que se comienza la preparación de los alimentos. En el panteón, se limpian y arreglan las tumbas, en la cruz se coloca un pequeño arco de flores de cempasúchil y silvestres, y se rezan algunas oraciones.
En esta ocasión, además de recordar y honrar a los difuntos de cada familia, también se agradece en general a las ánimas por la labor que desempeñan, para el buen curso del ciclo agrícola, la abundancia, la sabiduría; así como la armonía de un pueblo. A lo largo del año, los muertos contribuyen a la fertilidad de la tierra y a la provisión de lluvias, necesarias para que las milpas prosperen y las cosechas sean abundantes. Por ello, además de la colocación de altares familiares, también se celebran ritos comunitarios como plegarias, ofrendas y procesiones, durante los días 31 de octubre, 1 y 2 de noviembre.
Finalmente el día 3 de noviembre se retiran las ofrendas de las casas y se llevan al panteón o en las montañas por dónde sale el sol y en el panteón se comparten todos los alimentos y bebidas puestos en los altares; así concluye con la fiesta de las ánimas, en la comunidad de San Miguel El Progreso municipio de Malinaltepec.