Los habitates de la comunidad de La Laguna de El Quemado, claman ayuda para avanzar en el proceso de reconstrucción de sus viviendas en virtud de que hay familias que siguen a la interperie.
En está población, ubicada a 26.4 kilómetros de distancia del puerto de Aapulco, proliferan las casas construidas de madera y techo de lámina de cartón, que constrastan con las construcciones de concreto que están sobre la avenida principal, por donde brotan aguas del drenaje.
Al formar parte de Acapulco, también han quedado expuestos a los embates de fenómenos de origen geológico e hidrometeorológico, como ocurrió con el impacto del huracán Otis, que provocó un daño severo a la infraestructura urbana.
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La ex delegada Municipal, Beatriz Mayo López, narró que ese 24 de octubre pasado, no lo olvidan, principalmente las rachas de viento de más de 300 kilómetros por hora que arrancó practicamente los techos de las casas y los árboles.
“Creimos que era el fin y nos encomendamos al creador, mientras escuchabamos como el viento rumiaba y a veces parecía el lamento de una mujer herida. Todo era miedo y tuvimos que buscar donde soportar la ventisca”, dijo.
Cuando amaneció pudieron darse cuenta de la magnitud de los daños y como perdieron sus herramientas de trabajo, en este caso, quienes viven de la pesca sus trasmayos y cayucos, pues la furia del huracán los destrozo.
En un recorrido por las calles de esta comunidad rural, todavía ofrece una imagen de devastación, hay casas sin techo ni paredes, principalmente las que estaban construidas de hueso de palapa y techo de lámina de cartón.
El escurrimiento de las aguas negras que van a parar a la laguna de Tres Palos, es parte ya del paisaje de esta población rural, la cual luce en algunas partes como una comunidad abandonada, con sus calles solas y tramos todavía de terraceria.
La ex delegada Mayo López señaló que se censaron y recibieron los apoyos económicos que dio la federación, pero los costos de los materiales se encarecieron y no pudieron terminar de reconstruir sus viviendas.
Estamos pidiendo que los servidores de la nación nos visiten y que den fe de las familias que no les alcanzó el recurso que recibieron del gobierno federal para levantar sus casas, para que en un acto de justicia los apoyen.
Admitió que están expuestos a los peligros ante fenómenos perturbadores de origen natural, por eso les preocupa que no cuenten con un atlas de riesgo y que estén a merced de otro evento natural, en una población que carecen del servico del drenaje.
La energía eléctrica llega por ratos, por lo que otro problema a que están expuestos a enfermar del dengue, en cualquiera de sus variantes, porque tampoco se ha hecho una labor de fumigación para combatir el mosquito transmisor del patojeno.
En estas circunstancias temen que se presente una epidemia, porque otro dilema es que no se ha frenado la contaminación de la laguna, que es la principal fuente de trabajo de hombres y mujeres que se dedican a la pesca.
Por cierto, los niños que cursan su primaria en la escuela Francisco I. Madero, tienen dos semanas sin clases, por conlifctos internos, ante la indiferencia de las autoridades educativas, que no hacen nada para evitar que se afecte el proceso de enseñanza-aprendizaje de 125 alumnos.