Dirigentes de organizaciones de transportistas y organizaciones de la Sociedad civil realizaron una toma simbólica de la gasolinera Carreto situada en la avenida Lázaro Cárdenas, para demandar al gobierno federal que se implementen acciones para reducir el costo del combustible que en Chilpancingo ha alcanzado precios superiores a todo el país.
Mario Sánchez Gómez quien es dirigente transportista, indicó que el transporte público en Chilpancingo se encuentra quebrado por al alto costo de la gasolina, lubricantes, refacciones, neumáticos y otros insumos que utilizan.
“En la mayoría de las rutas de transporte público se obtiene aproximadamente 800 pesos diarios y de gasolina se tiene que poner 800 pesos entonces no hay ganancia, apenas sale para el combustible, cuñado hay un buen día se pueden obtener hasta mil 200 pesos, de esos son 800 de gasolina, y el resto para dividirlo entre el concesionario y el chófer”.
El líder del grupo “Chilpo” Adrián Alarcón Ríos, señaló que además del problema del encarecimiento de la gasolina, en Chilpancingo se tiene el problema de que las 16 gasolineras no dan los litros completos.
“Vemos que hay estaciones en las que los transportistas hacen enormes filas para abastecer combustible y no es porque ahí la den completa es porque ahí roban menos”.
El empresario pidió a la Profeco que realice un operativo permanente para garantizar que los concesionarios de estaciones de venta de gasolina ofrezcan litros completos a sus clientes y además que tengan precios justos, “porque sólo en Chilpancingo se tiene estos abusos y se imponen precios de casi 23 pesos por litro”.
Los transportistas y líderes de la sociedad civil realizaron la parada cívica frente a la gasolinera Carreto y advirtieron que en los próximos días estarán impulsando más acciones para que el gobierno federal nos escuche y se reduzca el costo de la gasolina.
Cabe señalar que el precio de la gasolina en Chilpancingo se mantiene arriba de los 22 pesos, ello a pesar del anuncio de que el gobierno federal reactivó el Subsidio para el Impuesto sobre Producción y Servicios (IEPS) en el caso de la gasolina Magna, mientras que para la Premium y el Diésel el consumidor final lo seguirá pagando.