Como una muestra de repudio a los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, por el accidente que se registró el pasado viernes, en el libramiento de Tixtla, donde uno de los autobuses en que se transportan chocó con un automóvil compacto y allí fallecieron dos personas calcinadas, personas desconocidas rociaron con aceite quemado el antimonumento a los 43 y pretendieron prenderle fuego.
El antimonumento a los 43 que se encuentra instalado en la Glorieta de las Banderas ha sido un ícono de la lucha que durante siete años ha tenido la normal de Ayotzinapa y los padres de los 43 desaparecidos para exigir la presentación con vida de los estudiantes que desaparecieron en la ciudad de Iguala el 26 y 27 de septiembre del 2014.
En este sitio cada 26 de mes miembros de organizaciones sociales afines al movimiento normalistas realizan un mitin con el que se busca mantener viva la exigencia de presentación con vida de los jóvenes.
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El pasado viernes el autobús se estrelló de frente con un automóvil tipo Volkswagen tipo Sedán en el que falleció el Jacinto Palacios Celino y Raquel Acosta Ayala, quienes viajaban en el automóvil compacto que tras estrellarse se incendió, por lo que los cuerpos quedaron calcinados.
En redes sociales se han formado muchos debates en torno a este accidente en ellos se señala que los estudiantes tuvieron oportunidad de ofrecer ayuda a los pasajeros del vehículo y no lo hicieron, porque luego del choque dejaron la unidad y subieron a otra para retirarse.
Sin embargo, los defensores del normalismo han establecido que los camiones no los manejan los estudiantes sino los operadores de la propia empresa, lo que les ha generado incluso denuncias por secuestro.
Aún más se establece que todas las actividades de los normalistas son vigiladas de cerca por personal de Gobernación, Seguridad Pública e incluso del Ejército, lo que conlleva a que también estas autoridades estuvieron cerca del accidente e igual que los estudiantes no pudieron ofrecer ayuda a los hoy fallecidos.
El antimonumento fue rociado con aceite quemado y le pusieron aserrín encima para que pudiera encenderse, sin embargo, no encendieron el fuego, por lo que sólo quedó completamente negro.