En pleno inicio de la temporada de estiaje, en Guerrero nueve de las grandes presas con que cuenta la entidad, se encuentran en promedio general en un 70 por ciento de su capacidad, de acuerdo información del Sistema Nacional de Información del Agua de CONAGUA.
Según el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), el estiaje en el país se presenta de Enero a Mayo, sin embargo, son los meses de Marzo, Abril y Mayo, donde este fenómeno se vuelve critico.
Al corte del 31 de enero, la Conagua dio a conocer a través de su Monitor de Sequía, que a nivel nacional el porcentaje catalogado como sequía de moderada a excepcional alcanzó el 60.45 por ciento, es decir, 1.14 por ciento menos que el que se registró en la primera quincena del presente año.
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En el caso de Guerrero, un 14 por ciento de su territorio fue catalogado sin afectación, sin embargo, un porcentaje mayoritario, el 54.6 por ciento, pertenece al área con sequía etiquetada como “anormalmente seca”.
En esta área se encuentran 38 de los 84 municipios, seguido de 24 municipios con sequía moderada y 18 dentro del grupo de sequía severa.
Se buscó contactar a las autoridades de Conagua en la entidad, que son las facultadas para hablar de estos temas, pero no se logró establecer contacto con estas.
Ante esa situación, las cifras referentes al monitoreo de presas de México, se obtuvo del Sistema Nacional de Información del Agua.
Este portal de información, muestra que en la entidad son monitoriadas nueve presas, que es conjunto pueden almacenar hasta 11 mil 361 hectómetros cúbicos. Cada hectómetro cúbico, equivale a un millón de metros cúbicos.
En el caso de la entidad, actualmente los niveles de estas presas se encuentran al menos en 7 mil 790 hectómetros cúbicos.
La Presa El Guineo, ubicada en el municipio de Ayutla de Los Libres, es una de las menos afectadas por la sequía, pues reporta un llenado del 97.33 por ciento, respecto al Nivel de Aguas Máximas Ordinarias (NAMO).
Otras que no presentan afectación son la Presa La Calera y El Gallo, que se encuentran en los municipios de Zirándaro de los Chávez y Cutzamala de Pinzón, ambos ubicados en la Tierra Caliente.
Las que si han sufrido los estragos de la sequía es la Presa Valerio Trujano, ubicada en el municipio de Tepecoacuilco, la cual, registra un almacenamiento actual 8.121 hectómetros cúbicos, lo que representa un porcentaje de llenado del 26.18 por ciento, con respecto al NAMO.
De ahí le sigue la Presa Las Garzas, ubicada en Ajuchitlán del Progreso, cuyo almacenamiento se reporta en 55.52 hectómetros cúbicos, es decir, al 54 por ciento de su capacidad de llenado respecto al NAMO.
Algunas de estas presas, brindan un sustento para miles de familias que habitan los pueblos de los alrededores, como es el caso de la presa de El Gallo, ubicada en el municipio de Cutzamala de Pinzón.
Antonio Serrato, quien es dirigente de una de las cooperativas pesqueras que operan en la presa, señaló que los reportes oficiales no indican lo que si visualiza en el día a día, y comentó que la presa se encuentra en niveles críticos.
“De unos días para acá, empezó a bajar mucho el agua de la presa, entonces si estamos preocupados oiga, creemos que en los meses de abril y mayo vamos a estar en niveles muy bajos porque ya ve que casi no llovió, llovió muy poco”, expresó.
La actividad pesquera para estos pobladores es una de las principales actividades económicas. Son más de mil familias las que dependen de la producción de mojarra tilapia.
Serrato manifestó que los pobladores verían con agrado que personal de la Conagua llegara a visitarlos para que pudieran observar las condiciones en que se encuentra la presa, y que se pudieran establecer algunas medidas para evitar daños. Cutzamala se encuentra a unas seis horas de la capital de Guerrero.
“Somos productores, estamos produciendo como nosotros podemos sin el apoyo de nadie, entonces los hemos invitado que nos ayuden y pues nunca han querido, es una desgracia la verdad”, sostuvo sobre la omisión de las autoridades por atenderlos.
Agregó que el único apoyo que recibe del gobierno, junto con otros productores de mojarra, son 7 mil 200 pesos anuales a través del programa Bienpesca, lo que considera como insuficiente ante las múltiples necesidades.