En los últimos años, Guerrero ha perdido 7 mil 500 kilómetros cuadrados de bosques debido a la deforestación que se ha generado como consecuencia de incendios forestales, crecimiento demográfico y la tala inmoderada.
Lo anterior se traduce en que esa cifra representa al menos cinco veces la extensión de la Ciudad de México.
De acuerdo con el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Ángel Almazán Juárez, esta cifra ubica a Guerrero entre las principales cuatro entidades con mayor pérdida de suelo.
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En la entidad ha ido en aumento las denuncias sobre la incursión de grupos criminales en algunas localidades ubicadas en la franja de la Sierra Madre del Sur, para hacerse del poder de sus recursos maderables.
La depredación que se da a estos recursos, se da principalmente porque se ha convertido en un negocio lucrativo, después de que ha ido a la baja el trasiego de cultivos ilegales como la amapola.
Otro de los principales problemas, según las autoridades, son los incendios provocados en su mayoría para la preparación de los terrenos para el cultivo de maíz y de granos básicos.
El pasado martes, el gobierno estatal puso en marcha la operación de la Policía Ecológica, cuyo objetivo es la de reducir el impacto ambiental y combatir los delitos contra el ambiente.
Este primer equipo conformado por 30 uniformados, recibió instrucción de autoridades federales, como la Comisión Nacional Forestal y la Procuraduría Federal de Protección Ambiente (Profepa).