El pacto que establecieron los grupos delincuenciales conocidos como Los Ardillos y Los Tlacos para evitar violencia en la zona Centro de Guerrero se mantiene vigente, aseguró el sacerdote Filiberto Velázquez, quien fue parte del acercamiento entre los dos grupos durante el mes de febrero.
El sacerdote señaló que la violencia que ha tenido un repunte en Chilpancingo no se debe a disputa territorial entre los grupos sino a ajustes de cuentas internos de cada grupo, pero a nivel general el acuerdo de los dos grupos se mantiene.
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Sobre el caso de la emboscada a los policías ciudadanos de Tierra Colorada el religioso indicó no tener mayor información porque se encuentra en una zona fuera de la diócesis, es un territorio que se encuentra en la zona de Acapulco “es notorio que hay una confrontación de varios grupos en la región de Acapulco y Costa chica, por la disputa territorial, algo que no tenemos en la Zona Centro”.
Durante el mes de enero y los primeros días de febrero en Chilpancingo hubo una oleada de violencia que dejó personas asesinadas en Chilpancingo, Petaquillas, Tixtla y Chichihualco, Zumpango, entre otros puntos de la zona centro. La violencia afectó con énfasis al sector del transporte que sufrió la quema de unidades y el ataque a bases.
El 14 de febrero el sacerdote reveló que se había logrado que los líderes de ambos grupos delincuenciales hicieran un pacto de no agresión, y acordaron la forma en que se dividirían el territorio y los negocios de la capital, tras ello disminuyó la cantidad de violencia y asesinatos que se venían registrando en esta región.
La semana pasada se registró la muerte de tres personas que fueron localizadas en la cajuela de un taxi, también se encontraron dos mujeres dentro de una camioneta cerca de Petaquillas en otro incidente asesinaron al propietario de una taquería de Chivo, ello puso en duda la estabilidad del pacto entre los dos grupos.