La presunta tregua acordada por integrantes de grupos delictivo que reveló el Obispo Emérito de Chilpancingo Salvador Rangel Mendoza, mantiene en la incertidumbre a los trabajadores del volante.
Los conductores del transporte público que pidieron el anonimato, reportaron pérdidas económicas severas y como miembros del gremio del transporte público en Chilpancingo, se dijeron abandonados a su suerte, o por lo menos es en lo que coinciden los choferes.
Pedro, es un conductor que paró por unos 12 días su taxi debido a los problemas de inseguridad, y que hace no muchos días regresó a laborar después de estimar que dejó de ingresar unos 10 mil pesos.
De acuerdo con su testimonio, el transporte es uno de los sectores más desprotegidos, dado que en varias ocasiones han quedado en el fuego cruzado de los grupos criminales.
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Asegura que han sido decenas de choferes del transporte, que siendo inocentes han perdido la vida en los ataques cometidos contra el gremio.
Sin seguridad social y sin seguros de vida, la mayoría de estos trabajadores del volante no tienen otra protección que encomendarse a Dios y realizar sus plegarias.
“Al salir de casa como católicos que somos, nos encomendamos a Dios y a la Virgen de Guadalupe para que nos regrese con bien con nuestros seres queridos”, dijo el transportista.
A raíz de los últimos hechos de violencia registrados en la capital contra el transporte, donde han muerto seis transportistas, Pedro ha tenido que recortar su horario de trabajo.
Sale a ruletear su taxi con los primeros rayos del sol y termina su jornada cuando está por oscurecer. Esa es la misma regla que aplican decenas de taxistas.
Pedro sostiene que en la noche es cuando se saca un dinerito extra, pero también, afirma que hay veces que no vale la pena arriesgar la vida por 300 o 500 pesos.
Mencionó que a la fecha, ni el gobierno estatal ni el municipal les ha brindado un apoyo para resarcir las pérdidas que tuvieron en semana y media de suspensión del servicio.
Aunado a eso, algunos choferes consultados y quienes pidieron el anonimato, coincidieron que sus líderes de plano no han dado la cara, ni han salido a dialogar con ellos.
Ahora, recalca que ni el supuesto pacto que se hizo entre los que controlan lo que se mueve en Chilpancingo, da tranquilidad a la hora de salir a las calles a ganarse el sustento diario.
La recomendación que él hace a sus amigos del gremio es únicamente encomendarse a Dios y aclara que no se puede negar al usuario el servicio aún cuando se trate de rutas ubicadas en la periferia.