Pese a los avances tecnológicos de la globalización, las familias tradicionales de esta cabecera municipal conservan los apellidos de origen náhuatl que va acorde a la lengua originaria de sus ancestros.
De acuerdo a las cruces que se conservan en el único panteón municipal --que hoy en día está sobrepoblado--, en diferentes fechas se leen los apellidos de los difuntos que en su mayoría son en náhuatl, destacan Yectli, Tepectzin, Coyotzin, Corraltitlán, Temiguel, Tecorral, Tepetate, Tepecano, Tlatempa, Tepec, Tomatzin, Tecuchillo, Misquiteco, Zapoteco, Quetzalcoateco, Celic, Huaxcoautli, Amatitlán, Tochtli, entre otros.
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Y pocos son los apellidos castellanizados como Salazar, Palacios, Ramos, Colacillo, Paula, García, Gasparillo, Pablo, Cantor, Damaceno, Reyes, Olea, Panchito, Godinillo, Hidalgo, Grande, Casarrubias, Padilla, Gaspar, Encarnación, Emigdio, Valle, Decena, Hilario, Miranda, Valerio, entre los más conocidos.
Entre los apellidos que son de migrantes está el de Bolaños, Dominguillo, Chepe y Tixteco. Este último se relaciona de las personas originarias de Tixtla.
Incluso el apellido de Astudillo, se sabe que es de Tixtla, y llegó en una familia a través de un tixtleco que llegó a encabezar un consejo municipal en la década de 1920.
Hasta el año de 1980, las familias de los tres barrios tradicionales, eran celosos para que una muchacha se casara con alguien de otro barrio.
Otro dato que resalta, es que hace 30 años, los jóvenes de Zitlala, no podían contraer matrimonio con las jovencitas del pueblo de Acatlán, que está a 6 kilómetros de distancia.
Finalmente se destaca que hoy en día, ya hay muchos jóvenes que contraen matriminio en otras partes del país, en el estado y lo que antes era imposible, ya hay matrimonios de los de Zitlala con Acatlán. Aunque los apellidos en náhuatl siguen resaltando.