Una ligera lluvia que se registró la tarde del sábado en Chilpancingo fue suficiente para derribar una barda de las que colocan en el Fraccionamiento Nuevo Mirador para apoyar a familias que desde hace 10 años se encuentran damnificadas por los efectos de las tormentas Ingrid y Manuel. Con ello se demuestra la mala calidad con que están haciendo las viviendas.
La señora Filiberta Castañón Gaspar indicó que la lluvia no fue muy fuerte ni siquiera hubo mucho aire, y así una de las bardas se derrumbó, “es una barda que está fabricada con tabicón hueco y sólo lleva cemento en un filito como de dos centímetros, además de que no le pusieron una cadena para que se amarre”.
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La barda que colapsó tenía aproximadamente 1.7 metros de altura y no había ninguna cadena, de soporte, “no se necesita ser ingeniero, arquitecto, ni siquiera albañil, para saber que esto está mal y no tendrá la estabilidad para soportar el piso superior”.
Los habitantes de la colonia El Nuevo Mirador fueron familias que perdieron sus propiedades en el 2014 por los efectos de las tormentas Ingrid y Manuel, inicialmente fueron albergados durante casi dos años en las canchas del crea, después ubicados en este fraccionamiento en el que las viviendas desde su construcción presentaron daños estructurales y en menos de 10 años su deterioro fue tal que se les calificó como inhabitables y fue necesario demolerlas.
Actualmente la Sedatu realiza la reconstrucción de las viviendas, en el mismo espacio, pero los ex damnificados consideran que este trabajo sólo será para que se llenen de dinero los bolsillos los de la empresa a la que le encargaron la obra que está haciendo mal las cosas que no está poniendo material de calidad y ello hace pensar en que si las reciben en poco tiempo volverán a estar damnificados.