Una pequeña mancha blanca con rasgos humanoides y posada sobre las luminarias de la plaza de toros Belizario Arteaga de Chilpancingo, es la evidencia que hasta el momento se ha logrado tener de lo que podría ser el fantasma de una niña, quien en un accidente habría fallecido dentro de estas instalaciones.
Las fechas precisas del fallecimiento no se pudieron conseguir sólo los relatos de un anciano, quien mencionó que fue aproximadamente en el 65 cuando una niña que estaba jugando, en un instante desapareció y cuando la buscaron la muerta dentro de la cisterna de agua.
Sin que exista evidencia alguna de que se trata de su fantasma, cargadores del equipo de grupos musicales que se han presentado en la plaza de toros dicen haber escuchado ruidos extraños y ver sombras que se mueven de manera extraña, además de sentir la presencia de algo sobrenatural.
Lee también: La Catrina, símbolo de muerte y de tradición
En busca de la adrenalina que produce el miedo a lo desconocido un grupo de amigos se internó, en punto de las 12 de la noche, a la plaza de toros y otros espacios de las instalaciones de la Feria de Navidad y Año Nuevo, teniendo todas las luminarias apagadas.
Los destellos de flash de cámaras fotográficas permitieron captar imágenes aún en plena oscuridad y la sorpresa fue mayúscula cuando en una de estas imágenes se muestra, sobre un anuncio de pinturas lo que sería un busto humano de color blanco.
Juan Manuel Abraján Aponte, uno de los integrantes del grupo de amigos que se introdujo a buscar al fantasma relató que fue una experiencia sin igual, “el ambiente fue muy tenso, teníamos mucho miedo, pero si hubiera tenido oportunidad claro que lo volvería a hacer porque es interesante saber si son reales estas leyendas".
Relató que ver la foto lograda aún sigue siendo un enigma, pero ese no fue el único momento importante “hubo otro momento en el que al compañero Christian Romero, le tomaron una foto y salió otro bulto cerca de él, cuando le dijimos que había alguien más cerca de él, se alumbró, pero no había nada ni nadie”.
Este grupo de amigos han hecho una especie de club cazafantasmas, además de entrar a la media noche en la Feria de Navidad y Año Nuevo también ingresaron al panteón de Chilpancingo y el Cerrito Rico, un espacio al norte de la ciudad sobre el que existen algunas leyendas.
Sin embargo, en ninguno de los demás sitios en que han buscado evidencias de lo paranormal han sentido tanto la presencia como ocurrió en la plaza de toros y muchos menos de ha logrado una imagen igual.