A tres semanas de que elementos del grupo Centauro de la policía estatal asesinaron a un estudiante de la normal de Ayotzinapa los edificios de gobierno se mantienen cercados con vallas metálicas a las que se les conoce como la “muralla chaira”, con las que se afectan vialidades y representan un riesgo para transeúntes.
Las vallas de tres metros son del gobierno federal y tradicionalmente se utilizan en la ciudad de México para impedir que manifestaciones lleguen hasta la puerta del palacio nacional, estas fueron traídas a Chilpancingo para tratar de contener posibles manifestaciones violentas que se esperaban tras la muerte del estudiante de Ayotzinapa.
El edificio Juan Álvarez en pleno centro de la ciudad es uno de los que se resguardaron con estas vallas que se encuentran ocupando la mitad de la vialidad en la calle Zaragoza y en la 16 de septiembre donde los transeúntes tienen que caminar sobre el arroyo vehicular con el riesgo que esto representa pues la banqueta del otro lado de la calle frente a las vallas, se encuentran ocupadas por comerciantes ambulantes.
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Inicialmente además de las vallas metálicas los edificios fueron resguardados pro personal de la Guardia Nacional que desplegó cientos de elementos con equipo antimotín que esperaban detener los embates de las manifestaciones.
Al paso de los días y luego de que se atendieran exigencias de los normalistas y la familia del fallecido como la destitución de los secretarios de seguridad y General de Gobierno, así como de la Fiscal General del Estado, los elementos de la Guardia Nacional se concentraron a sus cuarteles y sólo las vallas se quedaron como protección de los edificios.
Trabajadores inconformes
Los trabajadores del palacio de gobierno en la semana anterior al periodo vacacional, manifestaron inconformidad con la situación que vivieron el día en que los estudiantes llegaron de sorpresa y tiraron algunas vallas, “nos hicieron desalojar el edificio de manera rápida y hubo muchos compañeros que entraron en crisis nerviosa del miedo”.
Otra de las molestias que han manifestado los trabajadores es la necesidad de dar vuelta a todo el edificio para poder ingresar al inmueble, además de que se tiene que atravesar toda la explanada caminando, por una zona que no hay transporte público.
En las casi tres semanas que han ocurrido dese la muerte de Yanqui Khotan Gómez Perales, los normalistas han realizado al menos seis visitas a Chilpancingo de estas la más violenta fue la irrupción en la Fiscalía General del Estado donde quemaron 11 vehículos, y lesionaron a 20 elementos de la Guardia Nacional,
También en sus actividades quemaron 4 patrullas dos de la Guardia Nacional y dos de la Policía Estatal, por ello se temió que las protestas alcanzaran los edificios como el palacio de Gobierno, y el edificio Álvarez, que hasta el momento están intactos.