Fue creado en 1978 y resulta ser el mercado más antiguo de la capital, no tiene una instalación fija, se coloca cada día de la semana en un lugar diferente y su creación fue una estrategia gubernamental que permitió estabilizar precios y evitar abusos de comerciantes, doña María Arzate López, es una de las iniciadoras de este proyecto y aún se encuentra ofreciendo semillas y abarrotes.
De acuerdo con el relato de doña Mari, en 1978, la entonces Secofi, hoy Profeco, lanzó una iniciativa entre comerciantes de la capital para formar un mercado, que se encuentra registrado ante el Sistema Nacional de Mercados Sobre Ruedas, la idea era generar mejores condiciones para el consumidor final porque en ese momento había una frase que habían acuñado que era "llévelo si quiere".
"Entonces nos condicionaban la venta de los productos de primera necesidad, por ejemplo te decían el azúcar no se vende si no compran 50 pesos de otros productos, la leche se vende sólo si también lleva pan y te decían si quiere llevarlo o ahí déjelo", en esa época en Chilpancingo el mercado Nicolás Bravo se encontraba en el centro de Chilpancingo y aún no se construía el Baltazar R Leyva Mancilla, tampoco había ningún centro comercial, como los que hay ahora.
Entonces el mercado sobre ruedas se generó con una política de cero condicionamiento y precios accesibles, y se firmó un compromiso de todos para que se diera buena atención y respetar un reglamento que establecimos, como el estar instalados antes de las siete de la mañana y que a la una de la tarde todo el piso estuviera lavado.
El tianguis que vio la luz el 11 de octubre en las inmediaciones de la colonia Morelos, creció muy rápido cerrando su membresía en 60 miembros y aunque tenían más solicitudes ya no se podían aceptar debido a que se tenía que tener cuidado de no saturar las calles además de guardar un orden, sin afectar el centro de la calle.
Actualmente el mercado sobre ruedas, mantiene 60 espacios, sin embargo en los alrededores de los sitios donde se coloca siempre llegan otros comerciantes que no son parte del grupo registrado, "seguimos trabajando con la misma política de atención de calidad, sin condicionamientos, sin exceder precios y respetando los reglamentos".
Doña Mari, con verdadero pesar indicó que este tianguis ha costado mucho esfuerzo, mucho trabajo, mucho amor, y recordó que desde el inicio del mercado, su esposo, Alejandro Álvarez Figueroa, le dedicó mucho trabajo y hace dos años que Dios lo mandó traer lo hizo siendo comerciante, y ella ha tenido que seguir sola sin, el apoyo de su pareja de vida, aún así todos los días con entusiasmo porque el comercio ha sido una actividad muy noble que le permitió solventar la educación de cuatro de sus hijos, que hoy todos son profesionistas.
María Arzate, a sus 74 años aún atiende el puesto de abarrotes y semillas que este domingo se instaló entre el Zoochilpan y las canchas de la Universidad, el domingo lo hará en el barrio de Tequicorral, y el resto de la semana en San Mateo, la colonia Obrera, Vista Hermosa y Galeana, "Usted sabe que a esto se le trabaja mucho y se le gana poco, pero si se le gana y así la hemos pasado, hubo una época en la que sólo éramos siete comerciantes y así seguíamos viniendo y hoy estamos bien acreditados y nuevos comerciantes se han adherido para regresar el auge de este mercado.