Por tercer día consecutivo, más de mil 600 personas, entre ellas cerca de 400 niños, siguen refugiados en el auditorio municipal de Chichihualco, luego de que tuvieron que huir de sus hogares, en la comunidad de Filo de Caballos, la cual fue tomada por civiles armados que aseguran ser policías comunitarios.
Esta situación de violencia ha provocado también que más de 450 escuelas se mantengan cerradas debido a que los profesores se niegan a dar clases y los alumnos no quieren asistir a los planteles por temor a ser víctimas de las personas armadas, que el pasado domingo balearon varias casas y asesinaron a siete personas.
Al respecto, el gobernador del estado, Héctor Astudillo Flores, informó que se reforzó la atención a los desplazados, tanto en alimentos y consultas médicas, así como ropa y colchonetas para que puedan dormir, mientras la situación vuelve a la normalidad y pueden regresar a sus hogares.
Desplazados de Zitlala
Mientras tanto, otras 70 personas que se desplazaron del municipio de Zitlala, continúan siendo atendidas en un albergue del cual no se ha dado a conocer su ubicación, y que está resguardado por elementos de la Policía estatal, toda vez que los pobladores recibieron amenazas de grupos armados y temen ser víctimas, por lo cual abandonaron sus hogares.
Hace tres días el secretario general de Gobierno, Florencio Salazar Adame, declaró que estas personas cuentan con atención médica y alimentos, además aclaró que no revelarán su ubicación para evitar que sean molestados por las personas armadas que los obligaron a salir de su comunidad hace 15 días.