Son más de 3 mil 300 días que han transcurrido, en los que la familia Reyna Mendoza no ha parado de buscar a José Rafael Reyna Mendoza sin tener noticias ni avances en la investigación de su desaparición.
“El andar es un martirio”, son las palabras de la señora Olga Lidia Mendoza Chávez una madre buscadora de su hijo de 19 años desaparecido el pasado 25 marzo de 2015 cuando manejaba una urvan en Chilpancingo.
Este caso es otro más delas infinidades de carpetas de investigación por desaparición forzada que se tienen de Guerrero, sumando 9 años sin tener algún dato que dé con el paradero del joven.
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Rafa había cumplido un mes de trabajar como chofer de una urvan de la ruta Amate -Jacarandas de seis de la mañana a una de la tarde, y fue entre 11 y media y doce del día, hora que fue bajado de la unidad motriz quedando esta abandonada en la colonia San Rafael Norte.
“Cuando a mi me avisaron, yo me salí a correr, a correr no sabía ni qué hacer yo solo corría y corría, quizá quería yo una ayuda, un momento de que mis vecinos y amigos me ayudaran y peor no lo hicieron”, recordó con mucho dolor Olga Lidia.
José Rafael, ese día de su desaparición después de haberse ido a trabajar a la ruta, volvió a su casa al respecto de las 10:30 de la mañana, el cual había ido por una playera para cambiarse cuando fuera al término de su trabajo por su novia.
“Ese día me pidió que le dejara de almorzar, después me abrazó, fue una mirada que, no puedo olvidar, como que me quería decir algo la mirada, pero a mí ya se me hacía tarde para trabajar y me fui”, expresó la madre desconsoladamente.
Él disfrutaba estar con sus amigos, y ya empezaba con el tema de tener novia, sus platillos de comida preferidos era todo lo que fuera caldos, disfrutaba de platicar, ver películas, compartir, siempre cerca de su madre, padre y hermanas mayores, además de ser muy temeroso.
Para la señora Olga Lidia quien es integrante de la asociación Memoria, Verdad y Justicia el camino sin su hijo ha sido muy difícil, sus familiares lejos de brindarle un apoyo se han alejado por temor a alguna supuesta represalia por su desaparición, ella se ha dedicado a buscar a su hijo y ha descuidado a sus otras dos hijas las cuales se ponen mal emocionalmente cada que platican de su hermano menor no localizado.
“Las denuncias siguen paradas no hay avance de las investigaciones , no hacen nada y aquí estaremos hasta que las autoridades nos tomen en cuenta. Hay una carpeta de investigación pero la misma información que yo les lleve es lo mismo que está en las carpetas, para que le den seguimiento debo ser yo, la que les lleve más datos, debo arriesgarme yo, preguntar yo, pero seguiré en pie y vamos a seguir buscando hasta encontrarle, porque confío en Dios”.