Marchan arzobispo y jóvenes por la paz.

Acompañado del alcalde, Dámaso Pérez Organes, en un encuentro con jóvenes de la Costa Grande, marchó con ellos para construir la paz.

Marco Antonio Villegas/Colabrador.

  · domingo 22 de abril de 2018

ATOYAC DE ALVAREZ, Gro.- El arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, acompañado del alcalde, Dámaso Pérez Organes, en un encuentro con jóvenes de la Costa Grande, marchó con ellos para construir la paz.

El contingente de jóvenes católicos, acompañados de sacerdotes de varias iglesias de la Costa Grande, se desplazó por la avenida "Juan Álvarez" hasta llegar a la iglesia de la Asunción de María, donde se llevó a cabo una misa; la marcha partió de la preparatoria número 22 de Atoyac.

El arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, visitó en el albergue a la familia desplazada por la violencia del municipio de San Luis Miguel Totolapan.

Comentó que Atoyac es tierra que nos habla de libertad y el Señor Jesús es el camino de libertad y nuestro andar es una expresión de fe para aquellas personas que nos miran y escuchan, y el Papa nos ha dicho que seamos callejeros de la fe y todos necesitamos construir una paz que el Señor Resucitado nos regala cada día, que pone en nuestra mano y nuestra marcha sea un anhelo de paz para todos.

Al tomar la palabra, la vicepresidenta de la Afadem, Tita Radilla Martínez, dijo que en este municipio existe un promedio de 400 campesinos desaparecidos durante la época de la llamada "Guerra Sucia" de la década de los 70, y más lo que se han acumulado.

"La violencia ha sido terrible en nuestros municipios y tengo la esperanza en que la Iglesia que nos va ayudar para que haya paz y tranquilidad, lo que necesita la familia es el acompañamiento de la Iglesia no sólo en Atoyac, y estamos en grupo de familias de desaparecidos a nivel nacional y todo requiere el acompañamiento, porque las familias están solas y adoloridas", declaró.

Propuso que las iglesias deberían de estar en el acompañamiento de los familiares de las víctimas desaparecidas y en la búsqueda de nuestros seres queridos.

Por último, la defensora de los derechos humanos agradeció al Monseñor por estar en la tierra del café y de Lucio Cabañas Barrientos.