Margarita Ortega Díaz, madre de la niña Camila, quien fue asesinada en Taxco en marzo pasado, confió en que se haga justicia por su hija en el inicio del juicio oral contra uno de los implicados en el caso.
La madre de la menor señaló que lo que le pasó a su hija, no lo merecía ningún otro niño, esto cuando abandonó un juzgado para adolescentes.
Este martes inició el juicio contra Juan Alfredo “N”, quién salió del inmueble custodiado por personal de la policía estatal y llevado al Centro de Readaptación Social de Chilpancingo.
El joven se encuentra en prisión preventiva desde el mes de abril como parte del proceso que se le sigue por el homicidio de la menor.
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“Es muy difícil estar aquí, más cuando nunca te has metido con nadie, nunca le has hecho nada a nadie”, expresó al abandonar el lugar. La madre de Camila cargó en brazos un muñeco que perteneció a su hija asesinada.
El caso Camila puso a Taxco en los ojos de todo el mundo, puesto que tras ser privada de la libertad y asesinada, el 27 de marzo, la población en esa ciudad hizo justicia por su propia cuenta, linchando a Ana Rosa, una amiga de la familia, a quien se responsabilizó por la muerte de la menor.
Tras haber sido reportada como desaparecida, se inició la búsqueda de la menor, y tras una serie de investigaciones se pudo dar con los responsables, quienes permanecieron resguardados dentro de su vivienda en el Barrio La Florida, a la espera de qué se emitieran las órdenes de aprehensión correspondientes.
Sin embargo, ante la supuesta inacción de las autoridades para que los responsables fueran detenidos, la ciudadanía se organizó y sacó del domicilio a las tres personas.
Durante esos hechos, fue brutalmente golpeada Ana Rosa, junto con sus hijos, Axel de 21 años y Juan Alfredo de 17.
Derivado de esa situación, Ana Rosa perdió la vida y sus dos hijos heridos de gravedad quedaron detenidos, junto con José Ricardo, quién era pareja de Ana Rosa, y quien apareció en un video cargando presuntamente el cadáver de Camila, y subiéndolo a un taxi que conducía, para después abandonarlo a la salida de Taxco en los límites con Cuernavaca.
Éstos hechos fueron conocidos internacionalmente y se suscitaron en medio de la tradicional Semana Santa, en una de las fiestas más importantes para los fieles católicos y para la población en Taxco.